El glaucoma es una enfermedad ocular silenciosa que daña progresivamente el nervio óptico, responsable de transmitir la información visual del ojo al cerebro. Es una de las principales causas de ceguera irreversible en el mundo.
Lo más alarmante es que en sus etapas iniciales no presenta síntomas evidentes, lo que dificulta su diagnóstico oportuno. El tipo más común, el glaucoma de ángulo abierto, puede avanzar sin ser detectado hasta que la pérdida de visión ya es significativa.
Cinco señales de alerta que podrían salvar tu vista
Detectar a tiempo las señales de advertencia es clave para prevenir daños permanentes:
- Pérdida gradual de la visión periférica
Este síntoma suele pasar desapercibido, pero es característico del glaucoma. Afecta los bordes del campo visual lentamente. - Visión borrosa o nublada en ambientes con poca luz
Puede indicar que la presión intraocular está afectando la nitidez visual. - Halos alrededor de las luces, especialmente de noche
Se producen por la distorsión provocada por el aumento de la presión ocular. - Dolor ocular intenso, acompañado de náuseas y vómitos
Este síntoma, aunque menos común, puede indicar un glaucoma de ángulo cerrado, una urgencia médica que requiere atención inmediata. - Reducción progresiva de la visión central
En etapas avanzadas, también puede comprometer la vista frontal.
Prevención y cuidados: claves para proteger tu visión
Aunque no siempre se puede evitar el glaucoma, hay acciones que reducen el riesgo o permiten tratarlo a tiempo:
- Realizar revisiones oftalmológicas periódicas, especialmente si tienes más de 40 años o antecedentes familiares.
- Monitorear la presión intraocular, ya que su control oportuno puede evitar el daño al nervio óptico.
- Llevar un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta balanceada, mantener un peso adecuado y evitar el consumo excesivo de alcohol.
En algunos casos, el tratamiento incluye medicación o intervenciones quirúrgicas para reducir la presión ocular y frenar el avance del daño visual.
La detección temprana puede marcar la diferencia
El glaucoma no da segundas oportunidades. Conocer sus señales de alerta y actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre conservar la vista o perderla de forma permanente. Proteger tu visión empieza con una revisión a tiempo.
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