Cuando se llega a la vida adulta, generalmente las personas comienzan a enfrentarse a una serie de malestares y problemas de salud, ya sea por la edad, haber tenido malos hábitos o por enfermedades hereditarias, una de las más frecuentes es la llamada gota, la cual es cuatro veces más frecuente en los hombres que en las mujeres.
Si bien, este padecimiento puede presentarse desde la adolescencia, principalmente afecta a hombres de entre 35 a 50 años, y a las mujeres por encima de los 50 años.
¿Qué es la gota y por qué da esta enfermedad?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel, la gota es un tipo de artritis que causa dolor e hinchazón en las articulaciones.
Este padecimiento aparece cuando se acumulan altas concentraciones de ácido úrico en la sangre, lo que ocasiona que se formen cristales en forma de aguja en y alrededor de la articulación, lo que provoca inflamación y artritis en las articulaciones.
Los principales factores que causan la gota, además de alcanzar la edad intermedia de la vida son: tener elevados los niveles de ácido úrico en la sangre, padecer obesidad, hipertensión arterial, la toma de ciertos fármacos y una dieta rica en precursores del ácido úrico (alcohol, refrescos, bebidas con jarabe de maíz, vísceras, mariscos, carnes rojas).
La gota se presenta en forma de episodios bruscos de dolor intenso e hinchazón de una articulación, enrojecimiento, cambios en la forma en que se mueve y usa la articulación afectada, así como fiebre.
¿Se puede curar la gota?
La articulación más frecuentemente afectada es la primera metatarso-falángica del pie, aunque también puede ocurrir en otras articulaciones como los pies, tobillos, y muy raramente en las rodillas o las muñecas.
Aquellas personas que sospechen que pueden padecer esta enfermedad deben acudir con un especialista, pues un diagnóstico temprano, un buen tratamiento y cambios en el estilo de vida, pueden controlar mejor los síntomas que causa la gota.
Generalmente el tratamiento se basa en la administración de un antiinflamatorio no esteroideo, colchicina o ambos, en dosis descendentes durante varios días hasta que los malestares desaparezcan.
Sin embargo, siempre es aconsejable acudir con un especialista para que brinde la asesoría y el tratamiento adecuado para cada caso._ Con información de Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel