La historia del fútbol mexicano ya había presenciado una hazaña completa: el Club Puebla se consagró campeón de Liga, Copa y Campeón de Campeones en la temporada 1989-1990, una proeza que muy pocos equipos han logrado.
Una generación dorada bajo el mando de Manuel Lapuente
Aquel equipo inolvidable, dirigido por Manuel Lapuente, fue armado con un objetivo claro: ganarlo todo. La plantilla estaba integrada por figuras como Carlos Poblete, el “Mortero” Aravena, Roberto Ruiz Esparza, Pablo Larios, Chepo de la Torre, Javier Hernández y otros íconos que marcaron una época en la Angelópolis.
Campeón de Copa: La primera joya del triplete
El camino a la gloria comenzó con la final de Copa contra Tigres UANL. Tras un complicado 2-0 en contra en la ida, Puebla remontó con autoridad en la vuelta con un 4-1. Los goles fueron obra de Edgardo Fuentes, Carlos Poblete, Aravena y Marcelino Bernal. Así, la Franja obtuvo su cuarta Copa.
Campeón de Liga: Consagración en el Cuauhtémoc
Luego del título copero, los poblanos enfrentaron a Leones Negros de la UdeG en la final de Liga. Ganaron 1-2 como visitantes en la ida, y cerraron con broche de oro en un renovado Estadio Cuauhtémoc al vencer 4-3 en el global. El gol decisivo fue de Carlos Poblete, quedando grabado en la memoria de los aficionados.
Campeón de Campeones: Título automático para el mejor equipo del año
Al conquistar Liga y Copa, Puebla obtuvo automáticamente el Campeón de Campeones, completando un triplete histórico. Según ha comentado Carlos Poblete, el entonces presidente Emilio Maurer diseñó esa plantilla con una visión ganadora absoluta, objetivo que se cumplió con creces.
Una hazaña que aún inspira al fútbol mexicano
El triplete de la temporada 89-90 no solo colocó al Puebla en lo más alto, también consolidó una era dorada para el club y su afición, siendo recordado como uno de los equipos más exitosos en la historia del balompié nacional.