Fotografía cortesía de UF/IFAS.

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Hábitos saludables en 2026: por qué tus propósitos fallan y cómo lograrlos

Cada inicio de año, miles de personas se prometen comer mejor, hacer más ejercicio y cuidar su salud, pero la realidad suele ser distinta.

Diversos estudios muestran que casi la mitad de los adultos se plantea propósitos de Año Nuevo, sin embargo, solo uno de cada cuatro los mantiene después de 30 días y apenas el 1% los cumple tras un año completo. Esto deja claro que la motivación inicial no es suficiente.

Empezar una dieta o salir a caminar parece sencillo, pero convertir esas acciones en hábitos reales es el verdadero reto. Uno de los errores más comunes es enfocarse únicamente en el resultado, como bajar cierta cantidad de peso, y no en el proceso. Cuando la báscula no se mueve, llega la frustración y el abandono. Además, muchas metas se plantean desde la restricción y el castigo, lo que genera culpa y desánimo al primer tropiezo.

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Heidi Radunovich es psicóloga registrada y profesora en UF/IFAS. Fotografía cortesía de UF/IFAS.

La clave está en enfocarse en acciones, no solo en resultados

Especialistas en nutrición y salud coinciden en que las metas basadas en acciones concretas funcionan mejor que las centradas en resultados finales. En lugar de decir “quiero bajar 10 kilos”, es más efectivo proponerse acciones específicas, como preparar comidas saludables, caminar después de cenar o asistir a una clase de yoga.

Las metas más efectivas deben ser claras, medibles, realistas y con un plazo definido. Un ejemplo práctico sería comprometerse a caminar varias veces por semana en un horario específico y facilitarlo con pequeños recordatorios, como dejar los tenis junto a la puerta. Este enfoque genera motivación constante, ya que cada acción cumplida refuerza el hábito y da una sensación de avance real.

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Laura Acosta, dietista registrada y profesora asociada de ciencias de la alimentación y nutrición humana de University of Florida. Fotografía cortesía de UF/IFAS.

Entender el proceso del cambio ayuda a no rendirse

Adoptar un estilo de vida saludable no es lineal. El Modelo Transteórico de Etapas de Cambio explica que las personas pasan por distintas fases: desde no considerar el cambio, hasta prepararse, actuar y mantenerlo. No todos avanzan igual, y es normal retroceder en el proceso.

Aceptar que las recaídas forman parte del camino reduce la presión y evita el abandono total. Volver a viejos hábitos no significa fracasar, sino aprender qué ajustar. Mientras más tiempo se dedique a retomar y sostener conductas saludables, mejores serán los resultados a largo plazo.

Para 2026, el verdadero objetivo no debería ser la perfección, sino la constancia. Entender que el cambio lleva tiempo, paciencia y varios intentos puede marcar la diferencia entre un propósito olvidado y un hábito que transforme tu vida.

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Estudiantes corren los escalones del Estadio Ben Hill Griffin en el campus de University of Florida. Fotografía cortesía de UF/IFAS.