Por: Cortesía de UF IFAS

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¡Hacia el espacio! Científicos de la UF analizarán cómo las plantas podrían adaptarse a vivir en otros planetas

¿Cómo se adaptan las plantas al espacio? Esta es la fascinante pregunta que busca responder un innovador experimento que será llevado a cabo por el Instituto de Ciencias Alimentarias y Agrícolas de la Universidad de Florida (UF/IFAS) el próximo jueves 29 de agosto de 2024, a las 9:00 a.m. hora del Este.

El experimento se realizará a bordo del cohete New Shepard de Blue Origin, marcando un hito en la investigación espacial.

Rob Ferl, director del Instituto Espacial Astraeus de la Universidad de Florida, será quien despegue con el cohete de Blue Origin, llevando consigo un experimento que podría cambiar la manera en que entendemos la adaptación de las plantas en el espacio. Basado en investigaciones anteriores, el estudio se centrará en la planta Arabidopsis thaliana, conocida por su capacidad de detectar y reaccionar a su entorno en el espacio, modificando la expresión de sus genes.

Este experimento analizará en tiempo real qué genes se activan o desactivan durante diferentes fases del vuelo suborbital. Aunque se sabe bastante sobre cómo las plantas responden en entornos como la Estación Espacial Internacional, se desconoce cómo reaccionan a nivel molecular durante un vuelo espacial. Este estudio pionero proporcionará nuevos datos sobre cómo las plantas ajustan su expresión génica al pasar de la Tierra al espacio.

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Ferl volará en el cohete de Blue Origin y realizará su experimento en el espacio. Cortesía de UF IFAS

En un futuro, las plantas podrían jugar un papel crucial en la exploración espacial, ya que no solo serían una fuente de alimento, sino que también ayudarían a purificar el aire. Comprender cómo se adaptan al entorno espacial es clave para aprender a cultivarlas de manera efectiva fuera de nuestro planeta.

“Prevemos que las plantas nos mantendrán vivos en el espacio o en la Luna”, afirmó Ferl, quien también es vicepresidente adjunto de Investigación de la UF. “Queremos saber qué se necesita para adaptarse a vivir en el espacio”.

Anna-Lisa Paul, coinvestigadora principal y directora del Centro Interdisciplinario de Investigación Biotecnológica de la UF, destacó la novedad del estudio: hasta ahora, los investigadores solo han podido observar los genes de esta planta antes y después de un vuelo espacial, pero no durante el mismo. “Estamos entrando en un terreno inexplorado”, comentó Paul. “Este tipo de investigación nunca se ha realizado”.

Financiado por una subvención del programa Flight Opportunities y la división de Ciencias Biológicas y Físicas de la NASA, este estudio no solo avanzará en el conocimiento científico, sino que también validará la importancia de que los propios investigadores realicen experimentos en vuelo, en lugar de depender de sistemas automatizados o robóticos. Este es el primer vuelo suborbital de la NASA en el que se lleva a cabo un experimento directamente supervisado por científicos.

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Rob Ferl volará en el cohete de Blue Origin este jueves 29 de agosto. Cortesía de UF IFAS

Durante el vuelo, Ferl llevará las plantas en tubos especiales conocidos como Tubos de Fijación del Centro Espacial Kennedy (KFTs, por sus siglas en inglés), que permiten liberar una solución conservante para “bloquear” químicamente los genes en momentos específicos del lanzamiento, como antes del despegue, al inicio de la gravedad cero, al final de la gravedad cero y durante el aterrizaje.

Posteriormente, los investigadores secuenciarán los genes de las plantas y compararán los resultados con un experimento de control en la Tierra, realizado por Jordan Callaham, subdirector del Instituto Espacial Astraeus y coordinador de investigación del Laboratorio de Plantas Espaciales de la UF. Este análisis permitirá determinar cuáles genes se activaron o desactivaron durante el vuelo.

Este experimento no solo ayudará a entender cómo las plantas podrían sobrevivir en misiones espaciales futuras, sino que también ofrecerá una visión más profunda sobre las propiedades fundamentales de las plantas y cómo responden a entornos completamente nuevos. “Estamos comprendiendo cómo la biología responde al espacio en su nivel más básico”, concluyó Callaham.