El aceite de oliva, un pilar de las dietas basadas en plantas como la dieta mediterránea, ha sido ampliamente reconocido por sus beneficios para la salud del corazón. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Florida sugiere que otros componentes de estas dietas podrían ser aún más cruciales para la salud cardiovascular.
El estudio "Recipe for Heart Health", publicado en el Journal of the American Heart Association, es el resultado de una colaboración entre investigadores del departamento de Ciencias de la Alimentación y Nutrición Humana de UF/IFAS, la División de Medicina Cardiovascular de UF, y el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales. Durante 11 meses, 40 adultos de entre 18 y 79 años con riesgo de enfermedades cardíacas participaron en una investigación que exploró los efectos de dietas veganas basadas en alimentos integrales y vegetales, con diferentes cantidades de aceite de oliva extra virgen (AOEV).
Los participantes fueron divididos en dos grupos: uno consumió menos de una cucharadita de AOEV al día, mientras que el otro ingirió 4 cucharadas diarias durante cuatro semanas. Luego, los grupos intercambiaron regímenes tras una semana de limpieza. A lo largo del estudio, se les indicó consumir el AOEV crudo, evitando alimentos procesados y productos de origen animal, y enfocándose en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, nueces y semillas.
Los resultados mostraron que ambos niveles de consumo de AOEV redujeron el colesterol LDL, conocido como el colesterol "malo". Sin embargo, el grupo que siguió el régimen de bajo consumo de AOEV experimentó mayores reducciones en estos niveles, lo que sugiere que limitar el AOEV, en combinación con otras fuentes de grasa vegetal no refinada, podría ser más beneficioso para la salud cardíaca.
El orden de los regímenes también fue significativo: aquellos que comenzaron con un alto consumo de AOEV y luego redujeron su ingesta vieron disminuciones continuas en sus niveles de colesterol LDL. En cambio, los que comenzaron con bajo consumo y luego aumentaron la cantidad de AOEV vieron un incremento en sus niveles de LDL.
Andrea Krenek, autora principal del estudio y nutricionista dietista registrada en UF/IFAS, destacó que estos hallazgos sugieren que centrarse en alimentos integrales de origen vegetal y limitar ciertos alimentos como carnes rojas, azúcares añadidos y grasas saturadas, puede tener un impacto más significativo en la salud cardíaca que el simple consumo de AOEV.
El equipo planea continuar investigando la relación entre la dieta, la calidad de vida y el bienestar emocional en futuros estudios basados en estos hallazgos.
Autor: Megan Winslow, especialista en relaciones públicas para UF/IFAS.