“¡Primero lávate las manos!” ¿Cuántas veces no escuchamos esta frase cuando éramos niños? Seguramente muchas; sin embargo, esta recomendación sigue vigente en nuestras vidas y más en tiempos de pandemia, donde se nos ha repetido una y otra vez que siempre hagamos uso de agua y jabón, pero ¿por qué no se pueden sustituir estos elementos básicos de la higiene por otros productos desinfectantes? Te decimos.
Debes saber que la higiene de manos es un procedimiento cuyo objetivo principal es el de reducir el número de microorganismos que tenemos en la piel y eliminar sustancias químicas.
Cuando el procedimiento se hace con agua y jabón se le llama lavado de manos; mientras que cuando se hace uso de un preparado de base alcohólica o con un jabón antiséptico lo denominamos desinfección de las manos.
¿Por qué no se puede sustituir el agua y el jabón por ningún producto desinfectante?
La función del uso de agua y jabón es la de eliminar suciedad y todo tipo microbios, lo cual no es posible lograr con los desinfectantes, pues aunque matan los gérmenes no son capaces de quitar las sustancias químicas dañinas como pesticidas y metales pesados.
Además, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han recordado que el lavado de manos es la forma más sencilla y eficaz de protegerse a uno mismo y a los demás, de diversas infecciones contagiosas.
Pese a que es imposible que las manos no tengan gérmenes, lavárselas con agua y jabón con frecuencia puede ayudar a limitar la transferencia de bacterias, virus y diversos microbios.
En las situaciones donde más se recomienda recurrir al lavado de manos son en las siguientes:
- Antes y después de comer alimentos.
- Tratar heridas o cuidar a una persona.
- Tocar áreas comunes.
- Entrar o salir de un lugar público.
- Antes y después de ir al baño.
- Después de tocar billetes o monedas.
- Después de tocar un animal, sus desechos o alimentos.
- Después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
- Manipular basura.
¿Cómo es el correcto lavado de manos?
Muchas personas acostumbran a realizar un rápido lavado de manos; sin embargo, este es un procedimiento que requiere de un buen tiempo y de varios movimientos para lograr matar todos los gérmenes.
- Primero mójate las manos con agua, ya sea tibia o fría.
- Aplica una buena cantidad de jabón y haz espuma.
- Frota las manos vigorosamente durante al menos 20 segundos.
- El primer lugar es frotar las palmas de las manos entre sí y entrelazando los dedos.
- Después frota cada palma contra el dorso de la otra mano y también entrelaza los dedos.
- Frota las puntas de los dedos.
- Luego deberás frotar alrededor de cada dedo pulgar y después las muñecas.
- Enjuaga las manos con abundante agua y sécalas con una toalla, servilleta de papel o solas.
Recuerda que el lavado de manos con agua y jabón es sumamente importante así que ponlo en práctica en diversos momentos del día para evitar propagar o contraer enfermedades infecciosas.