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¿Por qué tu refri suena más fuerte en la noche? La verdad que nadie te dijo

Si en la noche tu casa está en silencio total, cualquier sonido del refri se siente como si viniera del inframundo, pero la neta es que la mayoría de esos ruidos son parte de su chamba.

El compresor arrancando, el gas refrigerante moviéndose y las piezas dilatándose por el frío generan clics, chasquidos, burbujeos y vibraciones totalmente normales.
Los modelos modernos con sistema No Frost todavía hacen más ruiditos porque se la pasan descongelando automáticamente para que no se forme hielo.

Los ruidos normales del refri que no significan una falla

Según especialistas, hay sonidos que parecen sospechosos pero no tienen nada de peligroso. Los clics y chasquidos aparecen cuando el termostato entra o sale de acción. Los golpecitos leves son cosa de la expansión del metal con los cambios de temperatura. Los zumbidos suaves vienen del compresor o los ventiladores mientras están en marcha.
También están los burbujeos o gorgoteos del gas refrigerante, los silbidos del aire circulando y la típica alarma intermitente cuando dejas la puerta abierta. Todo esto es normal… a menos que empiece a sonar más fuerte de lo usual.

Los ruidos que sí pueden ser una señal de problema y cómo bajarlos

Hay sonidos que ya no son tan “x” y sí ameritan prender el radar. Vibraciones muy fuertes, ventiladores ruidosos, golpeteos internos, ruidos metálicos constantes o sonidos en la parte trasera pueden indicar desde el refri mal nivelado hasta compresor desgastado o hielo acumulado.
Antes de llamar al técnico, puedes probar cosas básicas: nivelar el refri, dejar espacio con la pared, acomodar bien bandejas y comida, descongelar si hay hielo acumulado y limpiar el condensador. Muchas veces con eso se reducen los ruidos y el refri trabaja más relajado.

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