Cada inicio de año, millones de personas arrancan con toda la motivación del mundo, pero la realidad es que para mediados de enero la mayoría de los propósitos ya quedaron en el olvido.
No es falta de ganas, es falta de estrategia. Pensamos en cambios enormes, poco realistas y difíciles de sostener en el tiempo.
De cara al 2026, la experta Jessica Alfonso-Rodríguez, especialista en ciencias de la familia y del consumidor del University of Florida Institute of Food and Agricultural Sciences (UF/IFAS), propone un enfoque más humano y alcanzable. Su mensaje es claro: el equilibrio no es perfección, es adaptación. Cada persona vive circunstancias distintas y eso debe reflejarse en sus objetivos.
La clave está en dar pasos pequeños, evaluar diferentes áreas del bienestar y construir hábitos que realmente encajen con su estilo de vida, sin culpa ni presión excesiva.
Metas SMART y hábitos simples que sí funcionan
Uno de los pilares para no abandonar los propósitos es aplicar el método SMART, es decir, crear metas específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo definido. Este enfoque transforma intenciones vagas en acciones claras.
En el día a día, Alfonso-Rodríguez recomienda hábitos sencillos como crear un momento de atención plena. Una técnica práctica es la respiración cuadrada, que consiste en inhalar, sostener y exhalar en tiempos iguales. Practicarla cinco minutos al día ayuda a reducir el estrés y mejorar la concentración, sin gastar dinero ni requerir equipo especial.
Para rutinas matutinas o vespertinas, el consejo es empezar muy poco a poco. Un vaso de agua al despertar o tres minutos de estiramiento pueden marcar la diferencia. Lo importante es que el hábito sea fácil de repetir y no genere sensación de fracaso.

Jessica Alfonso-Rodríguez es una agente de Extensión en el departamento de ciencias de la familia y del consumidor para University of Florida Institute of Food and Agricultural Sciences (UF/IFAS) en el condado de Miami-Dade. Fotografía cortesía de Jessica Alfonso-Rodríguez.
Constancia, planificación y progreso sin obsesión
La planificación también juega un papel clave. Programar las actividades en el calendario o usar recordatorios en el celular reduce la fatiga mental de decidir todos los días cuándo hacerlo. Así, prácticamente está “programando su éxito”.
Para quienes equilibran trabajo, familia y vida personal, la experta sugiere integrar “impulsos de bienestar” dentro de las tareas diarias: un momento de gratitud con los hijos, algunas sentadillas mientras se cocina o una llamada a un amigo mientras se lava la ropa.
Finalmente, recomienda elegir un día a la semana para reflexionar sobre lo que funcionó y lo que se puede ajustar. Celebre el esfuerzo, no solo el resultado. El verdadero objetivo para 2026 es el progreso constante, no la perfección.
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