Dormir muchas horas no garantiza descanso. El sueño reparador implica cantidad adecuada de horas, calidad sin interrupciones y un horario regular. Mientras duermes, el cerebro procesa información, elimina toxinas y consolida la memoria, permitiendo que el cuerpo y la mente se regeneren.
- Dormir: reposo con suspensión de movimiento y sentidos.
- Descansar: periodo sin actividad física para bajar ritmo cardíaco.
- Sueño reparador: combina cantidad, calidad y regularidad.
Señales de falta de sueño reparador
Incluso después de dormir, tu cuerpo puede indicar falta de descanso:
- Cansancio al despertar o sensación de fatiga.
- Somnolencia diurna y necesidad constante de cafeína o energéticos.
- Dificultades cognitivas: problemas de concentración, memoria o toma de decisiones.
- Cambios de humor: irritabilidad, ansiedad o tristeza.
Claves para un sueño de calidad
Para lograr un sueño reparador, especialistas de la UNAM y NIH recomiendan:
- Mantener horarios regulares de sueño.
- Dormir al menos 8 horas por noche.
- Crear un dormitorio oscuro, fresco y silencioso.
- Evitar luces de dispositivos electrónicos antes de dormir.
- Limitar cafeína, alcohol, nicotina y comidas pesadas en la noche.
- Establecer rutinas relajantes, como lectura, meditación o música suave.
Priorizar un sueño reparador es esencial para mejorar energía, estado de ánimo, rendimiento cerebral y salud física. Consulta a un profesional si persisten problemas para dormir.