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¿Tienes hígado graso? Esta es la cantidad de huevo que sí puedes comer

El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, aparece cuando la grasa acumulada en este órgano supera el 5% de su peso.

Aunque al inicio puede no generar síntomas claros, si no se ajusta la alimentación puede derivar en problemas metabólicos más serios. Por eso, tras el diagnóstico, uno de los primeros cambios recomendados es revisar a fondo la dieta diaria.

Los especialistas coinciden en que es clave reducir azúcares refinados, alimentos ultraprocesados y alcohol, además de vigilar el tipo de grasas que se consumen. Carnes rojas, embutidos y productos ricos en grasas saturadas suelen ser los primeros en salir del menú. En su lugar, se promueve el consumo de pescado, legumbres, tofu y proteínas más ligeras, que no sobrecarguen el hígado.

Aquí es donde surge una de las dudas más comunes: ¿el huevo es bueno o malo para el hígado graso? Durante años se creyó que debía evitarse por completo, pero las recomendaciones han cambiado con base en estudios más recientes.

El huevo con hígado graso: cuánto sí y por qué

El huevo es un alimento muy completo: aporta proteínas de alta calidad, vitaminas, minerales y grasas saludables. Sin embargo, también contiene colesterol, lo que explica por qué su consumo debe ser moderado en personas con hígado graso.

De acuerdo con organismos especializados en salud hepática, lo más recomendable es no superar las 4 piezas de huevo por semana. Esta cantidad permite aprovechar sus beneficios nutricionales sin aumentar el riesgo de acumulación de grasa en el hígado. Importante: no se trata de eliminarlo por completo, sino de consumirlo con control y bajo orientación médica.

Diversos estudios internacionales coinciden en que una ingesta moderada de hasta cuatro huevos semanales no agrava la enfermedad hepática grasa no alcohólica, siempre que se mantenga una dieta equilibrada. La clave está en el contexto general de la alimentación y no en un solo alimento aislado.

Beneficios, preparación ideal y consejos prácticos

Uno de los grandes beneficios del huevo para el hígado es la colina, un nutriente que ayuda al metabolismo de las grasas y contribuye a reducir el colesterol LDL, conocido como colesterol “malo”. Esto convierte al huevo en un aliado potencial, siempre que se consuma de forma adecuada.

La forma de preparación es fundamental. Para cuidar el hígado graso, lo ideal es hervir o cocer el huevo, evitando frituras y combinaciones con embutidos o grasas saturadas. Acompañarlo con verduras frescas no solo mejora el perfil nutricional del platillo, sino que también puede ayudar a disminuir la absorción de colesterol.

Recomendaciones clave a seguir:

  • No más de 4 huevos por semana
  • Preferir huevo cocido o hervido
  • Combinarlo con vegetales
  • Evitar frituras y carnes procesadas
  • Consultar al médico o nutriólogo para personalizar la dieta

En conclusión, sí puedes comer huevo si tienes hígado graso, siempre con moderación, buena preparación y dentro de un plan alimenticio saludable. Estos pequeños ajustes pueden marcar una gran diferencia en la salud hepática y en tu calidad de vida a largo plazo.