Queridos lectores espero que se encuentren de maravilla, hoy hablaré sobre un tema que siempre que me siento en una mesa sale a relucir, los programas sociales.
Tengo que decirles que los programas sociales normalmente son buenos o que realmente apoyan a la ciudadanía, el problema no es el programa, sino su mala ejecución o la malas decisiones que toman al aplicarlos, incluso su operatividad y medición, un programa social no es solamente decir que va a funcionar, siempre antes de poder lanzarlo se tiene que medir a cuántas personas impactan, que es lo que realmente aportará en la mejora de la sociedad, cómo se erradicarán puntos simples y elementales tales como la pobreza, el hambre, la educación, la seguridad, por decir algunos y los más primordiales.
Los programas llevan consigo la responsabilidad de no solo ejecutar un cierto recurso sino de a la hora de aplicarlo que sea realmente en beneficio de los ciudadanos y ciudadanas.
Partiendo de esto evidentemente se tiene que alejar de los intereses propios o partidistas, si bien ha habido bastantes programas sociales que han sido bastante populistas para tratar de sobornar a los ciudadanos antes de las elecciones y durante ellas, cuestiones que no deberían de estar permitidas.
Para que un programa social tenga éxito debe de tener estos elementos durante su procedimiento, pero deben respetar para poder tener una medición clara de cuál es realmente el impacto dentro de la sociedad.
De hecho, hay instituciones que se encargan de hacer estas mediciones.
Un ejemplo claro sería el de jóvenes construyendo el futuro, un programa que no es nuevo, y que ha generado mucha controversia dentro del país, por decir que no es un buen programa y que solo fomenta a que los jóvenes sigan sin trabajar sin conocer el trasfondo de este programa como darle oportunidad a los jóvenes que no encuentran empleo puedan tenerlo, mediante el subsidio que da el gobierno a instituciones privadas o públicas, el problema ha sido que no lo han monitoreado debidamente o como en todos los programas no pudieron ingresar todos los jóvenes del país.
Es evidente que los programas no son malos y hay que buscar la profesionalización y capacitación para que los que apliquen o desarrollen los programas puedan tener éxito.