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Municipios poblanos

Acuerdo relámpago destraba bloqueo y revive al sector cebadero en Puebla

La cosa se puso intensa en Tepeyahualco cuando productores cebaderos decidieron bloquear el acceso a Granjas Carroll de México (GCM) para exigir un precio justo por la cebada que la empresa compra para alimentar a su ganado.

Y sí, la molestia no era menor: aseguran que el precio ya no les daba para sostener los costos de producción. Ante esto, la secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural, Ana Laura Altamirano, armó una mesa de diálogo con representantes federales, estatales, municipales y, por supuesto, con los productores inconformes.

En este encuentro también participaron autoridades de la SADER Federal, el director de operaciones de GCM, César Carrilero Núñez, el alcalde de Tepeyahualco, Said de Jesús Godos Luna, y productores de varios municipios como Tlatlauquitepec, Ocotepec, Cuyoaco y Zautla. Ahí, los productores soltaron todo: costos, márgenes, problemáticas y lo que consideran un precio injusto. Pero también se abrió paso una ruta conjunta para construir una solución real y no solo un parche momentáneo.

El acuerdo que calmó las aguas

La empresa Granjas Carroll reiteró que estaba dispuesta a dialogar y revisó internamente si podía ajustar el precio de compra. Después de hacer números, se definió un ajuste viable que fue considerado justo por los productores. Ese fue el parteaguas: con un acuerdo formalizado, los manifestantes levantaron el bloqueo y liberaron por completo el acceso vehicular a las instalaciones.

Este paso no solo permitió que la operación de la empresa regresara a la normalidad, sino que también devolvió la calma al sector cebadero, que en los últimos días había estado entre la incertidumbre y la presión social.

Lo que deja este episodio para el campo poblano

La intervención coordinada entre los gobiernos Federal y Estatal mostró que sí hay voluntad de construir soluciones pacíficas y cercanas, respetando tanto a los productores como a la empresa. Los cebaderos reconocieron el respaldo institucional que permitió que sus demandas fueran tomadas en serio y que se alcanzara un resultado equilibrado.

Al final, este acuerdo no solo resuelve un conflicto puntual: también sienta un precedente para que el campo poblano avance con justicia social, mejores condiciones y relaciones productivas más estables.