La tranquilidad del centro de Ciudad Serdán se vio interrumpida la mañana de este jueves, cuando dos hombres armados y vestidos como repartidores irrumpieron en una sucursal Banorte, desatando momentos de pánico entre los clientes.
Según testigos, los agresores amagaron a los cuentahabientes y los despojaron de dinero y objetos personales, mientras un tercer cómplice los esperaba afuera en una motocicleta encendida para asegurar la fuga.
Huyen sin dejar rastro
En cuestión de minutos, los delincuentes ejecutaron el asalto con precisión y escaparon del lugar sin ser detenidos.
Los empleados del banco dieron aviso inmediato a las autoridades, pero los elementos de Seguridad Pública Municipal arribaron hasta 40 minutos después del reporte.
Cuando los uniformados llegaron, los asaltantes ya habían desaparecido, dejando tras de sí una escena de miedo, indignación y frustración entre los presentes.
Indignación por la tardía respuesta policial
Los afectados denunciaron que los oficiales justificaron su demora argumentando que “la información se triangula con la ciudad de Puebla” antes de autorizar el envío de patrullas.
Para los cuentahabientes, esta versión suena más a excusa que a protocolo, pues consideran que la falta de respuesta oportuna facilitó la huida de los responsables.
De acuerdo con los testigos, los agentes solo tomaron fotografías y se retiraron sin ofrecer detalles sobre las acciones de búsqueda o persecución.
Un botín y una ciudad en alerta
De manera extraoficial, se estima que los ladrones se llevaron aproximadamente 30 mil pesos, dinero que una de las víctimas pretendía depositar al momento del atraco.
Más allá del monto, lo que inquieta a los vecinos es la impunidad con la que los delincuentes operan, incluso en el primer cuadro de la ciudad, a escasas calles de la comandancia municipal de policía.
“Ya ni en el centro estamos seguros”, lamentó una comerciante que presenció el incidente.
Exigen mayor vigilancia y prevención
Habitantes de Ciudad Serdán exigieron a las autoridades reforzar la presencia policial y los rondines preventivos, señalando que la falta de vigilancia ha convertido las calles en terreno fértil para la delincuencia.
El reciente asalto en Banorte reaviva el temor ciudadano y pone nuevamente en evidencia la urgente necesidad de estrategias efectivas de seguridad en la región.
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