Puebla.- Por primera y única vez, se podrá visitar la zona restringida de la Zona Arqueológica de Cholula (ZAC), donde se encuentra el Altar de los Cráneos Esculpidos, un vestigio descubierto en 1935 que se presume fue una ofrenda al dios Tlaloc.
Fechas y horarios de apertura gratuita
El área estará abierta al público sin costo los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, en horario de 10:00 a 17:00 horas. A través de ventanas arqueológicas, los visitantes podrán apreciar los cráneos esculpidos y otras piezas prehispánicas como parte de la conmemoración de Fieles Difuntos, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Puebla.
En el lugar, trabajadores del INAH colocarán un altar con ofrendas tradicionales de maíz, cacao, amaranto, frijoles, chile y cempasúchil, todo presentado en cajetes de barro.
Conversatorio sobre costumbres funerarias prehispánicas
El 31 de octubre a las 11:30 horas, en el auditorio del Museo Regional de Cholula, se realizará el conversatorio “Costumbres funerarias en la Cholula prehispánica”, dirigido por el investigador emérito Zaid Lagunas Rodríguez. Durante el evento, el experto obsequiará ejemplares de su libro El Altar de los Cráneos Esculpidos de Cholula. Una interpretación antropológica (2012).
También participará Sergio Suárez Cruz, arqueólogo del Centro INAH Puebla, aportando su visión sobre los hallazgos del altar y su contexto ritual.
¿Qué es el Altar de los Cráneos Esculpidos?
Según explicó Lagunas Rodríguez, el altar toma su nombre por los cráneos modelados en barro cubiertos de estuco, hallados en las paredes norte y sur. Estos coinciden con la ubicación de dos esqueletos encontrados en el altar: una mujer en la esquina sureste y un hombre en la noreste, ambos aparentemente sacrificados como ofrenda.
- La mujer llevaba objetos de uso doméstico, como comales, un malacate de barro, agujas y un alfiler de cobre con filigrana, indicando que podría haber sido parte de la élite.
- El hombre, asociado a la clase guerrera, tenía un omichicahuaztli (instrumento musical similar al güiro), puntas de flecha de obsidiana y vasijas con decoraciones. Entre ellas, una vasija silbadora con pintura roja y blanca y figuras de plumas y piedras preciosas, posiblemente representando a un guerrero.
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