La tarde del domingo 26 de mayo, una multitud enardecida de alrededor de 150 vecinos de la localidad de San Isidro Buenos Aires, en el municipio de San Andrés Cholula, Puebla, retuvo y golpeó a dos hombres y una mujer tras acusarlos de robo.
Los pobladores, armados con palos, piedras y gasolina, tocaron las campanas de la iglesia para convocar a más personas con el objetivo de hacer justicia por mano propia. Los detenidos fueron amenazados con ser incendiados vivos, mientras crecían las tensiones en la zona.
Policía activa protocolo y logra rescatar a los acusados
Ante el riesgo inminente de linchamiento, elementos de la Policía Municipal de San Andrés Cholula y la Policía Estatal activaron el protocolo de contención para estos casos y lograron extraer con vida a las tres personas retenidas.
Durante el operativo, dos policías fueron golpeados por los manifestantes y les robaron un radio de comunicación. Además, dos patrullas fueron vandalizadas.
Identifican a los detenidos; uno fue hospitalizado
Las personas rescatadas fueron identificadas como Jazmín E., Alfonso E. y Andrés Ángel M.. Los dos primeros presentaban lesiones menores, sin requerir hospitalización. En tanto, Andrés Ángel M. fue ingresado a un hospital por fracturas en dos dedos de la mano derecha y traumatismo craneoencefálico leve. Todos quedaron a disposición de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Autoridades aclaran que fue una riña, no un intento de linchamiento
La Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPPC) de San Andrés Cholula informó que el incidente fue reportado al número de emergencias 9-1-1 como una retención de personas en la intersección de las calles Reforma Sur y 5 de Febrero, en la junta auxiliar Santa María Tonantzintla.
Según los testigos, el conflicto habría comenzado como una discusión entre una comerciante y unos clientes, y derivó en una riña, por lo que las autoridades descartan que se haya tratado de un intento de linchamiento.
Los tres involucrados fueron puestos a disposición de la FGE, donde se realizarán las investigaciones pertinentes y se determinarán las responsabilidades legales.
Este hecho pone de manifiesto la peligrosidad de la justicia comunitaria y la importancia de seguir los cauces legales para la resolución de conflictos en las comunidades poblanas.
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