Minutos de terror vivió una familia comerciante cuando policías municipales de Acatzingo, Puebla, abrieron fuego contra su camioneta la noche del 9 de julio, presuntamente al confundirla con un vehículo robado.
Telésforo Villamil, su esposa y sus cuatro hijos —de 13, 9 y 5 años— regresaban de su jornada laboral en el municipio de El Seco, cuando fueron interceptados sobre la carretera estatal Acatzingo–Cuapiaxtla, a la altura de “La Exvía”, en la localidad de Actipan de Morelos.
Disparos sin advertencia ni identificación
La familia notó que dos camionetas los seguían y les hacían señales con luces. Por miedo a un asalto —dado que la zona es considerada peligrosa dentro del Triángulo Rojo— el conductor decidió no detenerse.
Minutos después, dos patrullas municipales les cerraron el paso y sin dar ninguna orden, dispararon con armas de cargo contra la unidad, impactando la lona de la camioneta. El comerciante y su esposa fueron bajados con violencia, mientras sus hijos entraban en pánico.
A la escena llegaron tres patrullas más, cuyos elementos dispararon al suelo cerca del afectado, generando más temor entre los menores.
Policía reconoció el error y huyó sin asumir responsabilidad
Ante el abuso, Telésforo Villamil inició una transmisión en vivo en redes sociales donde exigió explicaciones. Uno de los mandos policiales reconoció que buscaban una camioneta similar con reporte de robo, pero tras aceptar el error, los agentes huyeron sin identificarse ni brindar ayuda.
"No somos el Chapo culeros"
— La Hora (@LaHoraMX) July 12, 2025
Policías de #Acatzingo les disparan por "error" a una familia de comerciantes. Afirman que los confundieron con delincuentes. pic.twitter.com/eltY7VEZOF
Exigen justicia, reparación del daño y sanción a policías
La camioneta presenta al menos dos impactos de bala, y en el pavimento quedaron más marcas de disparos. Afortunadamente, ningún miembro de la familia resultó herido físicamente, aunque todos sufrieron una fuerte crisis nerviosa.
El afectado responsabilizó al Ayuntamiento de Acatzingo y al presidente municipal Germán Coleote, y exigió justicia. Informó que ya presentó una denuncia formal ante las autoridades correspondientes, pero hasta ahora no hay postura oficial del municipio.
Este caso evidencia un grave abuso de autoridad y pone en la mira la necesidad de capacitar y supervisar a los cuerpos policiales para evitar agresiones injustificadas contra civiles inocentes.