La tarde del 4 de junio, se registró un tercer intento de linchamiento contra una familia cristiana en el municipio de Atzitzihuacán, Puebla, presuntamente por parte de un grupo de feligreses católicos que se oponen a su permanencia en la comunidad por no participar en festividades religiosas.
A pesar de la intervención de la Secretaría de Gobernación estatal y acuerdos previos de conciliación, la violencia se repitió, elevando la tensión en esta localidad mixteca ubicada a 67 km de la capital poblana.
Señalan complicidad del párroco local
De acuerdo con la denunciante Jacoba Pérez Solís, el conflicto se reactivó luego de que el párroco Víctorino Fidencio Sánchez Hernández supuestamente permitiera el uso de las campanas de la iglesia para convocar a la población a un acto violento.
Según su testimonio, una turba de aproximadamente 30 personas se reunió con la intención de sorteo del terreno de la familia cristiana y con amenazas de agresión física. Algunos de los agresores fueron identificados como Maciel Domínguez, Santiago Rivera y Abigail Domínguez, quien incluso declaró que “las autoridades no mandan, mandamos nosotros”.
Gobierno estatal evitó tragedia mayor
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Francisco Sánchez González, confirmó que se activó un protocolo de respuesta inmediata que permitió rescatar a la familia afectada sin que se consumara la agresión.
El funcionario reconoció que en Puebla han ocurrido 162 intentos de linchamiento entre diciembre y abril, lo que evidencia un fenómeno recurrente en diversos municipios como Tianguismanalco, Tepeaca y Acatzingo.
Familia pide protección y acción contundente
La familia cristiana afectada acusa a autoridades locales, incluida la Casa de Justicia de Atlixco, de omisión y falta de respuesta ante las denuncias previas. Han solicitado directamente la intervención del gobernador del estado para evitar que la violencia escale y se concrete un despojo de su propiedad o un ataque mayor.
Además, responsabilizan al párroco por fomentar un ambiente de intolerancia religiosa, a pesar de que el conflicto tiene raíces en la negativa de la familia a participar económicamente en las celebraciones católicas.
Tensión religiosa va en aumento en la región
La Arquidiócesis de Puebla ha permanecido en silencio, sin pronunciamiento sobre el conflicto que ya suma tres intentos de linchamiento en lo que va del año. La situación refleja un preocupante clima de intolerancia religiosa y violaciones a derechos humanos que urge atender con políticas firmes y medidas preventivas.
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