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Tragedia en el Iztaccíhuatl: recuperan cuerpo del alpinista Roberto Montoya

El cuerpo de Roberto Montoya, alpinista que sufrió una caída en el volcán Iztaccíhuatl, fue finalmente recuperado luego de un extenuante operativo de búsqueda y rescate que se prolongó por más de 20 horas.

Tras el accidente, los acompañantes de Montoya lograron desplazarse hasta una zona con señal telefónica para pedir ayuda a las autoridades, lo que permitió activar de inmediato los protocolos de emergencia.

El operativo fue encabezado por Rescate Agreste San Rafael, con apoyo de Cruz Roja Mexicana, técnicos en urgencias médicas de la delegación Amecameca, policías estatales y municipales de San Salvador El Verde, así como la policía de montaña del Estado de México. Las labores comenzaron en la madrugada del lunes 22 de diciembre, ascendiendo por la ruta del Teyotl, una de las más complejas de la montaña.

Las condiciones climáticas adversas, la baja visibilidad y el terreno irregular complicaron los trabajos, obligando a los rescatistas a avanzar con extrema precaución. La localización del cuerpo se logró durante la noche del lunes, mientras que el descenso concluyó hasta la madrugada del martes 23 de diciembre.

Traslado del cuerpo y llamado a la seguridad en alta montaña

Una vez recuperado, el cuerpo de Roberto Montoya fue trasladado a las inmediaciones del Parque Ecoturístico Dos Aguas, donde personal de la fiscalía estatal realizó los procedimientos legales correspondientes para su entrega a los familiares. El suceso se suma a otros accidentes registrados en el Iztaccíhuatl, un volcán que, aunque inactivo, representa un alto riesgo para quienes lo ascienden sin la preparación adecuada.

Expertos y cuerpos de rescate reiteraron que esta montaña exige experiencia, equipo especializado y planeación, ya que el clima puede cambiar de forma repentina y las rutas presentan zonas técnicas que ponen a prueba incluso a alpinistas experimentados.

El Iztaccíhuatl, un volcán con historia y gran simbolismo

El Iztaccíhuatl es uno de los volcanes más emblemáticos de México, reconocido por su silueta que asemeja a una mujer recostada y por su profunda carga histórica y cultural. Con una altitud superior a los cinco mil metros sobre el nivel del mar, forma parte del Eje Volcánico Transversal y permanece inactivo desde su última erupción en 1868.

Investigaciones científicas señalan que su formación ocurrió durante el Pleistoceno Tardío, a través de procesos volcánicos complejos. Además de su relevancia geológica, durante el Posclásico Tardío fue considerado una montaña sagrada, centro de rituales y peregrinaciones para diversas culturas prehispánicas. Hoy, su majestuosidad sigue atrayendo a visitantes, pero también recuerda la importancia de respetar la montaña y priorizar la seguridad en cada ascenso.