El precio de las gasolinas y el diésel han disminuido durante su administración, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, el mandatario apuntó que el precio de la gasolina magna equivale actualmente a $22.21 pesos el litro. De acuerdo con AMLO, este disminuyó 6.8% durante su administración, mientras que aumentó 22.9% en el sexenio de Felipe Calderón y subió 42.8% con Enrique Peña Nieto.
A su vez, el de la premium, que se vende a $24.4, se redujo 4.5%. Según el Ejecutivo, con Calderón había incrementado 5.7% y con EPN 46%.
Mientras tanto, el diésel, cuyo precio es de $23.9, bajó 6.2%, después de subir 49.9% con Calderón y 48.6% con Peña Nieto. El gas LP, que tiene un costo de $24.2, disminuyó 10.2%, tras aumentar 28.9 en la administración anterior, añadió el presidente.
Por su parte, el precio de la mezcla mexicana de exportación se posicionó en $68.28 dólares el barril al corte del 28 de diciembre.
López Obrador agregó que “fue clave” para lograr “una pequeña disminución” de la inflación mantener el subsidio a las gasolinas y al diésel. Subrayó que se destinaron 15 mil millones de dólares para ello. Explicó que el precio de petróleo crudo había incrementado a $100 dólares el barril, cuando se tenía un estimado de $60 dólares.
“Todo el mundo sabe que si aumenta el precio de las gasolinas se va todo para arriba”, señaló.
Agregó que su determinación de subsidiar los combustibles fue poco ortodoxa y contraria al neoliberalismo, por lo que al principio nadie lo estaba haciendo pero finalmente Estados Unidos y Europa también tuvieron que subsidiar los precios de las gasolinas.
Según el mandatario, la mayor dificultad son los precios de los alimentos, que contribuyeron en un 3.7% a la inflación durante noviembre.
El pasado 22 de diciembre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que la inflación en el país repuntó en la primera mitad de diciembre colocándose en 7.77%, luego de seis quincenas moderando su ritmo.
En cambio, la inflación subyacente, considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina productos de alta volatilidad, continuó a la alza. Dicho índice incrementó 0.57% a tasa quincenal, colocándose en un 8.35%, ligeramente abajo del 8.37% de la quincena inmediata anterior.
El Banco de México, que tiene un objetivo permanente de inflación de un 3% +/- un punto porcentual, elevó su tasa clave en 50 puntos básicos (pb) hasta su actual nivel de un 10.50%, luego de cuatro incrementos seguidos de 75 pb como parte de un ciclo de alzas que inició a mediados del año pasado. Aun así, la autoridad dijo que veía necesario al menos un aumento más.
La encuesta de expectativas de especialistas en economía del sector privado del banco central prevé que para el final de 2023 la inflación será de 5.10% en lugar de 5.07%, al tiempo que se deterioraron las perspectivas de crecimiento económico para el próximo año, pasando a 0.90%, en lugar de 0.95%.
Por su parte, Citibanamex prevé que la inflación en México comience a bajar. Según el banco, la inflación general alcanzó su máximo nivel en agosto-septiembre de 2022 y la inflación subyacente en noviembre-diciembre.
A pesar de esto, existen cuatro factores que podrían implicar presiones inflacionarias elevadas persistentes: la inercia de los precios subyacentes, el impacto de mayores expectativas inflacionarias por parte de los agentes económicos, mayores precios de las materias primas y los efectos potenciales de mayores salarios.
El comportamiento de la economía de Estados Unidos también tendrá un efecto directo en México. De acuerdo con Citibanamex, “a medida que la economía de E.U.A. vaya deteriorándose, lo mismo lo hará la economía de México”. Esto se suma a las presiones por las políticas anticovid adoptadas por China y el decrecimiento de su economía.