Este jueves la junta de gobierno del Banco de México (Banxico), decidió subir en 25 puntos base la tasa de referencia para pasar de 4.50% a 4.75%. El banco central mexicano aseguró que las expectativas de inflación para los próximos 12 meses y para 2022 volvieron a subir, presionados por el alza de precios en materias primas a nivel global y los cuellos de botella en producción generados por la pandemia de la covid-19. Para contener esta alza, el Banco de México, presidido por Alejandro Díaz de León, aumentó la tasa de interés referencia en 0,25%, en línea con lo esperado por analistas, a su nivel más alto en más de un año.
De acuerdo con un comunicado, el banco actualizó a la alza sus pronósticos de inflación y prevé que ésta termine en 6,2% al final de este año —muy por encima del rango meta de entre 2 y 4%—. “Si bien se prevé que los choques que han incidido en la inflación sean transitorios, por la diversidad, magnitud y el extendido horizonte en el que la han afectado, pueden implicar riesgos para la formación de precios y las expectativas de inflación”, dice el comunicado. “A fin de evitar dichos riesgos se consideró necesario reforzar la postura monetaria, ajustándola a la trayectoria que se requiere para que la inflación converja a su meta de 3% en el horizonte de pronóstico”, agregó la institución.
Cuatro de los cinco miembros de la Junta de Gobierno del banco votaron por el incremento, mientas solo Gerardo Esquivel votó por mantener la tasa en 4,50%. Las razones detrás de cada voto se darán a conocer en dos semanas, cuando el banco publique las minutas de la junta.
Los precios han subido 5,59% en los últimos 12 meses, de acuerdo con el dato más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). La cifra de agosto registró una mejora en comparación con junio, cuando la inflación fue de 6,08% —la más alta desde 2017. Pero no ha bajado tanto como se esperaba, explica Joel Virgen, economista y consultor independiente en Out of the Box, una firma de análisis.
“Todos en este punto llegamos casi a un consenso de que estas presiones han durado más de lo que se preveía y hay incertidumbre sobre cuánto más van a durar”, dice Virgen, exjefe de análisis en el banco de inversión francés BNP Paribas. “Esta decisión por parte de Banxico en particular es trascendental, no necesariamente por la expectativa de tasa, sino porque la discusión puede centrarse en que las presiones se han extendido más de lo que se pensaba y probablemente se extenderán más de lo que se pensaba”, apunta. Banxico publicará las minutas de su reunión de este jueves dos semanas después, es decir, el 14 de octubre.
La tasa de referencia definida por el Banco de México es la herramienta más poderosa del banco, ya que una tasa alta incentiva el ahorro, mientras que una tasa baja estimula el endeudamiento y el gasto, motor de crecimiento económico. El año pasado, la economía mexicana, sufrió la peor caída desde los años 30, y no ha recuperado el nivel de producto interno bruto (PIB) anterior a la pandemia.
El pesar de la inflación no es exclusivo de México. En todo el mundo, los choques por la pandemia han derivado en una vida más cara, en parte porque los confinamientos interrumpieron las cadenas de suministro de productos y materias primas, desde combustibles y acero hasta semiconductores para producir electrónicos. Europa y América Latina atraviesan un aumento en los precios del gas y, por ende, de la energía eléctrica. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, incluso, creó una distribuidora de gas licuado del Estado para ofrecer precios accesibles a las poblaciones más vulnerables. Además, los precios de los alimentos, incluyendo el de la tortilla de maíz, base de la gastronomía mexicana, ha llegado a costar hasta 27 pesos por kilo.
“Como consumidores, le dimos énfasis a las mercancías y servicios de ciertos sectores”, dice Virgen, “los bienes de cuidado de la salud, por ejemplo, medicinas, productos en supermercado como la despensa, se volvieron más importantes y fue nuestra propia demanda y nuestra reacción a la pandemia y a la gran incertidumbre, la que mantiene todavía presionados algunos precios”.