Por: Cortesía

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Desde kilómetros de distancia cerca de 3.1 millones de peregrinos volvieron este año a la Basílica de Guadalupe

Es uno de los lugares religiosos más visitados y amados del mundo: la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, con un techo circular en forma de carpa, visible desde kilómetros de distancia, y una historia sagrada que cada año atrae a millones de peregrinos de cerca y de lejos a este sitio, en lo alto de una colina en la Ciudad de México.

En los primeros días de diciembre, justo antes del 12 de diciembre (el día de la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe para los creyentes católicos), el flujo de asistentes se dispara. Esta es la fecha que conmemora el aniversario de una de varias apariciones de la Virgen María presenciadas por un indígena mexicano llamado Juan Diego en 1531.

Las cifras citadas por las autoridades locales calculan que la Basilica de la Virgen de Guadalupe es el segundo santuario católico más visitado del mundo, solo superado por la Basílica de San Pedro, en Roma.

La pandemia redujo al número de peregrinos

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La pandemia de covid-19 redujo el número de peregrinos en 2020. El año pasado, incluso con algunas restricciones aún vigentes, la asistencia a las celebraciones de diciembre aumentó a al menos 3.5 millones, según funcionarios locales. Se esperan números más grandes este año.

Para muchos peregrinos, su viaje al lugar es una expresión de agradecimiento por los milagros que creen que la Virgen trajo a sus vidas. Alrededor de la basílica, algunas personas encienden velas mientras rezan en silencio. Algunos se arrodillan y lloran. Otros llevan estatuas de la Virgen en sus brazos mientras reciben la bendición de un sacerdote.

Entre los peregrinos primerizos de este año estuvo Yamilleth Fuente, quien ingresó a la basílica con un pañuelo amarillo decorado con una imagen de la Virgen de Guadalupe.

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Fuente, quien viajó sola a la Ciudad de México desde su casa en El Salvador, dijo que le diagnosticaron cáncer en 2014 y se recuperó después de orar a la Virgen. Cuando sugirió hacer la peregrinación, su esposo y sus dos hijos la alentaron.

“He amado a la Virgen toda mi vida. Incluso solía soñar con ella”, explicó Fuente. “Mi hija se llama Alexandra Guadalupe porque ella también es un milagro que me concedió la Virgen”.

Según la tradición católica, Juan Diego escuchó una voz femenina que lo llamaba, subió al cerro y vio a la Virgen María parada allí, con un vestido que brillaba como el sol. Hablándole en su lengua materna, el náhuatl, le pidió que construyera un templo para honrar a su hijo, Jesucristo.

Según enseña la iglesia, Juan Diego corrió a avisar al obispo local, quien se mostró escéptico, y luego regresó al cerro para más intercambios con la Virgen. A sugerencia de ella, salió de la ladera con flores en su manto, y cuando más tarde abrió el manto en presencia del obispo, mostró una imagen detallada y colorida de la Virgen.

Ese trozo de tela cuelga actualmente en el centro de la Basílica, protegido por un marco.

En una edición comentada de la historia de la aparición, el reverendo Eduardo Chávez, un destacado experto en el tema, dijo que la aparición de la Virgen ocurrió en un momento de desesperación. Para 1531, 10 años después de la conquista de los aztecas por los españoles, la viruela había matado a casi la mitad de la población indígena de México, arruinando sus sistemas sociales y religiosos anteriores a la conquista.

Un símbolo mestizo para muchos mexicanos

Para muchos mexicanos, la imagen de la Virgen se convirtió en un símbolo de unidad porque su rostro se muestra mestizo, no es totalmente indígena ni totalmente europeo, sino un poco de ambos.

Algunos académicos han dicho que la devoción a Nuestra Señora de Guadalupe entrelaza creencias indígenas y católicas, aunque la Iglesia Católica rechaza esta teoría. Al pie del cerro que hoy alberga la basílica se encontraba un templo a la diosa Coatlicue Tonantzin, y la fecha de la aparición coincidió con una fiesta indígena.

En un día reciente, numerosos mototaxis estaban estacionados en una de las explanadas fuera de la basílica. Allí estaba Abraham García, un chofer de 45 años de la cercana ciudad de Nezahualcóyotl, acompañado de más de 70 compañeros.

“Venimos año tras año”

García habla con entusiasmo sobre su fervor a la virgen guadalupana. “Venimos año tras año a agradecer a Dios, a la basílica ya la Virgen, y a pedirle ayuda”, comentó. “Este fue un buen año para nosotros, así que ahora nos iremos aún más bendecidos”.

Muchos de los vehículos de los conductores tienen pegatinas con la imagen de la Virgen en sus ventanas; otros exhiben una estatuilla de ella debajo del espejo retrovisor.

Según Nayeli Amezcua, investigadora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, las imágenes y tallas juegan un papel sustancial en esta fe.

“El catolicismo es una religión muy sensorial... A través de muchos objetos se transmite lo sagrado”, explicó. “Podríamos pensar en ellas como representaciones, pero para aquellos que creen, las imágenes mismas están vivas”.

Fuente, la peregrina salvadoreña, está ansiosa por compartir el fervor de su fe.

“Toda mi vida está llena de milagros de Dios y de la Santísima Virgen”, comentó. “Podrías escribir un libro sobre todo lo que ella ha hecho por mí”.

"Mi hija es un milagro que me concedió la Virgen": millones ya peregrinan hacia la Virgen de Guadalupe

¿Qué dice la tradición católica sobre la Virgen de Guadalupe?

Para la Iglesia Católica, la imagen de la Virgen es un milagro en sí mismo, que data de un frío amanecer de diciembre de 1531 cuando Juan Diego caminaba cerca del cerro Tepeyac.

Fieles mexicanos iniciaron este viernes la peregrinación hacia la Basílica de Guadalupe de Ciudad de México para conmemorar a la Virgen tras dos años de restricciones por la pandemia de covid-19.