La acusación señala que Canobbio Inzunza, junto con un grupo armado conocido como “Los Chimales”, financiaba y coordinaba operaciones de seguridad para la facción Guzmán del Cártel de Sinaloa.
Un gran jurado federal en Chicago ha acusado formalmente a José Ángel Canobbio, alias "El Güerito", quien fungía como jefe de seguridad de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, uno de los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, por tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.
La acusación señala que Canobbio Inzunza, junto con un grupo armado conocido como “Los Chimales”, financiaba y coordinaba operaciones de seguridad para la facción Guzmán del Cártel de Sinaloa.
Este grupo no solo protegía a “Los Chapitos”, sino que también participaba en conflictos armados para facilitar el ingreso de drogas como fentanilo, cocaína, metanfetamina y marihuana a territorio estadounidense, según informó la Embajada de Estados Unidos.
Operación de producción y distribución de drogas
De acuerdo con el reporte oficial, Canobbio Inzunza y los hermanos Guzmán Salazar conspiraron para fabricar y transportar drogas desde México a los Estados Unidos. La acusación, respaldada por el Departamento de Justicia de EE.UU., detalla que estas actividades formaban parte de una red de tráfico internacional de sustancias controladas con fines de importación ilegal.
“Este caso forma parte de una operación estratégica de las Fuerzas de Tarea contra el Crimen Organizado, enfocada en desmantelar redes de tráfico de drogas y otras organizaciones criminales que amenazan la seguridad en Estados Unidos”, declaró el Departamento de Justicia.
Posible cadena perpetua y orden de arresto
Si es declarado culpable, José Ángel Canobbio podría enfrentar cadena perpetua. Aunque se presume que actualmente reside en México, el gobierno estadounidense ya ha emitido una orden de detención en su contra.
El anuncio de esta acusación fue encabezado por la fiscal general adjunta Nicole M. Argentieri, del Departamento de Justicia; el fiscal federal interino Morris Pasqual para el Distrito Norte de Illinois; y la agente especial del FBI, Stacey Moy, quienes resaltaron la importancia de esta operación contra el crimen organizado en la frontera.
Con esta acusación, el gobierno estadounidense reafirma su compromiso de desmantelar redes de narcotráfico y de tomar acciones legales firmes contra los líderes de los cárteles mexicanos.