Por: Cortesía

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Hombres de 50 a 59 años, los más vulnerables a morir por COVID en México

Las defunciones por COVID-19 a lo largo de la pandemia han mantenido cierta regularidad, por lo que hace a las condiciones demográficas y socioeconómicas de las personas que han fallecido, informó Héctor Hernández Bringas, sociólogo e investigador de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM).

En relación con el sexo, la muerte por coronavirus impacta más a los varones; es decir, pierden la vida 1.8 hombres por cada mujer.

“La mayor mortalidad en hombres es internacional. Las explicaciones van desde una mayor resistencia natural de las mujeres; pasando por la mayor exposición al riesgo, debido a que los hombres tienen una mayor participación económica que las mujeres, al menos en México”, explicó en entrevista.

Mientras que el mayor riesgo de muerte por edad, es a partir de los 50 años; que en México significan el 83 por ciento de los decesos por COVID-19.

Lo anterior, resaltó, no ocurre en países como Estados Unidos y europeos, donde “el incremento de la mortalidad se da a partir de los 55 años”.

Por otra parte, reveló que el 70 por ciento de los fallecidos tenían cuando más estudios de secundaria, primaria o “de plano no tenía ningún grado de escolaridad”.

“El bajo nivel de escolaridad es un indiscutible de una situación socioeconómica precaria, pero también nos habla de la disposición de las personas para el cuidad de la salud. A ello habría que agregar que la población de adad avanzada, que es la que mayormente muere, generalmente tiene menores niveles de escolaridad”, detalló.

Sobre la ocupación de las personas que han perdido la vida, el 52 por ciento son no ocupadas o no realizaban un trabajo remunerado; en su gran mayoría se trata de amas de casa y jubilados.

“Esto, en una primera impresión, resultaría paradójico pero no es así; en nuestro país, las amas de casa son la proveedoras del hogar y ello implica exponerse al riesgo de contraer COVID-19 en diversos espacios públicos. Por su parte, los jubilados en México, en realidad continúan realizando actividades económicas ante la precariedad de las pensiones que reciben”, explicó.