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Influenza H3N2 en México: qué tan grave es y cómo se trata realmente

La detección del primer caso de influenza A H3N2 subclado K en México encendió las alertas, pero las autoridades sanitarias han sido claras: no existe una cura específica que elimine el virus de forma inmediata.

Esto no significa que sea una enfermedad sin control, sino que su tratamiento se enfoca en aliviar síntomas y evitar complicaciones, sobre todo en personas vulnerables.

La Secretaría de Salud explicó que el caso detectado en el país fue atendido a tiempo y el paciente se recuperó favorablemente con tratamiento antiviral ambulatorio, sin complicaciones. Tanto el INER como el SINAVE actuaron de manera oportuna, lo que permitió confirmar que, aunque se trata de una variante nueva, el manejo clínico es el mismo que otras influenzas.

Aquí entra un punto clave: la vacunación anual contra la influenza sigue siendo la mejor defensa, ya que reduce la gravedad de la enfermedad, hospitalizaciones y riesgos mayores.

Síntomas más intensos y por qué no hay que confiarse

Uno de los aspectos que más preocupa de la H3N2 es que sus síntomas suelen ser más fuertes y duraderos que los de una gripe común. Entre los más frecuentes están la fiebre alta, fatiga extrema, dolor de cabeza, tos seca persistente, dolores musculares, congestión nasal y dolor de garganta.

En algunos casos, especialmente en niños y adultos mayores, también se presentan vómitos y diarrea. La enfermedad puede extenderse hasta tres semanas y, si no se atiende adecuadamente, derivar en neumonía, infecciones respiratorias u otras complicaciones.

Actualmente, el 16.2 % de los casos de influenza en México corresponden a H3N2, con más de 150 contagios registrados, y se espera que los números aumenten en diciembre por los viajes internacionales y las reuniones masivas.

Tratamiento, prevención y quiénes deben extremar cuidados

La OMS y las autoridades sanitarias coinciden: la mayoría de los casos se tratan de forma sintomática, con reposo, hidratación, control de la fiebre y vigilancia médica si los síntomas empeoran. En casos específicos, el médico puede indicar antivirales, especialmente si se detecta a tiempo.

Los grupos de mayor riesgo son adultos mayores, niños pequeños, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas o comorbilidades. Para ellos, la vacunación y la atención temprana son fundamentales.

Además, se recomienda reforzar medidas básicas como lavarse las manos con frecuencia, usar cubrebocas en lugares cerrados o concurridos, evitar el contacto con personas enfermas y mantener al día las vacunas de temporada, incluida influenza, COVID-19 y neumococo.

En resumen, la influenza H3N2 no es una sentencia, pero sí un llamado a no bajar la guardia, informarse bien y actuar a tiempo para evitar complicaciones innecesarias.

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