Se especula que el verdadero objetivo de las agencias estadounidenses, como la DEA y el FBI, es utilizar la información de Zambada para desenmascarar a políticos mexicanos vinculados con el crimen organizado.
El juicio de Ismael “El Mayo” Zambada, fundador del Cártel de Sinaloa, ha iniciado en la Corte Federal del Distrito Este de Brooklyn, Nueva York. Según los periodistas Ricardo Ravelo y José Luis Montenegro, es probable que Zambada y su defensa busquen un acuerdo con la justicia estadounidense para evitar un juicio que podría derivar en una condena de cadena perpetua.
“El Mayo” deberá declararse culpable para entrar en esta fase de negociación, además, se especula que el verdadero objetivo de las agencias estadounidenses, como la DEA y el FBI, es utilizar la información de Zambada para desenmascarar a políticos mexicanos vinculados con el crimen organizado.
La relación entre crimen y política
Expertos señalan que Zambada posee un vasto conocimiento sobre décadas de colusión entre políticos y narcotraficantes. Durante su trayectoria, habría financiado campañas de gobernadores, diputados y candidatos presidenciales. Ravelo afirma que esta conexión ha sido una constante desde los 70 años de gobiernos priistas.
El testimonio de "El Vicentillo", hijo de Zambada, reveló cómo políticos mexicanos solicitaban ayuda para transportar drogas y financiamiento. Esto refuerza la idea de que el poder político y el crimen organizado han trabajado en complicidad para sostener un sistema corrupto.
Impacto en México y posibles consecuencias
La captura de Zambada desató una ola de violencia en Sinaloa, con un promedio de 5.4 homicidios diarios desde septiembre pasado. La guerra entre los "Mayos" y los "Chapos" ha dejado 650 asesinatos en los primeros 100 días del gobierno de Claudia Sheinbaum.
Montenegro advirtió que el juicio también podría derivar en la caída del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y en el esclarecimiento del asesinato de Héctor Melesio Cuén. Para Estados Unidos, Zambada es una pieza clave, no solo por su rol en el narcotráfico, sino por su capacidad de exponer a las figuras políticas que sostienen el sistema criminal en México.
Con un estado debilitado y un capo en decadencia pero con sed de venganza, el caso Zambada promete dejar más preguntas que respuestas, mientras México enfrenta una crisis de violencia y corrupción sin precedentes.