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México evalúa el uso de fármaco para articulaciones para tratar COVID-19

México estudia la efectividad del medicamento Fibroquel, utilizado actualmente para evitar la inflamación de articulaciones, para tratar el COVID-19.

Este medicamento, patentado en nuestro país en 2005, ha funcionado para disminuir el dolor a pacientes con osteoartritis, además de reducir el número de cirugías para sustituir la articulación por una prótesis, razón por la cual podría ser útil en personas infectadas por SARS-CoV2 como una manera de evitar la hiperinflamación y secuelas como la fibrosis pulmonar provocada por este coronavirus.

Dado que el Sars-Cov-2 produce importantes daños pulmonares, sobre todo en pacientes con cuadros severos, se ha optado por utilizar Dexametasona, un corticosteroide antiinflamatorio probado en ensayos clínicos en Reino Unido a pacientes hospitalizados por COVID-19, sin embargo, el Fibroquel también podría ser una alternativa.

“Nuestro producto podría funcionar en lo que respecta al control de la inflamación. Un corticoesteroide lo que hace es disminuir la inflamación; nuestra propuesta es que la modulación de la inflamación tiene que existir porque es un efecto del organismo generado por él mismo para defenderse, por lo tanto, creemos que el uso de corticoesteroides tiene efectos secundarios importantes y con este medicamento podríamos evitar esos efectos” comentó en entrevista para El Financiero Gerardo López, director general de Grupo Aspid.

El protocolo, aprobado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) arrancó a principios de septiembre en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán con 23 pacientes sometidos a un estudio piloto doble ciego, el cual consiste en dividir a los enfermos en dos grupos para comparar los efectos de un placebo y del Fribroquel.

El procedimiento se realiza durante siete días; los primeros tres se administra cada 12 horas el placebo a un grupo y el medicamento a otro; los días restantes se hace cada 24 horas con la finalidad de observar el comportamiento del fármaco.

De acuerdo con Gerardo López, solo un tercio de los pacientes graves tratados con dexametasona han tenido una mejoría, por lo cual, pide cautela y observar los efectos secundarios que podrían producir este medicamento entre los enfermos, particularmente las tormentas citoquinas, las cuales son la propagación de células inmunes a lugares del cuerpo no infectados, mismas que llegan a atacar tejidos sanos.

Este protocolo, patrocinado por Aspid, fue desarrollado por investigadores de nutrición durante dos meses con bases teóricas para medir los alcances del Fibroquel contra el COVID.

“Tenemos experiencias en el mercado privado de algunos pacientes que lo han ocupado y han tenido resultados favorables, eso nos motivó a impulsar el protocolo. Hay muchos médicos que utilizaron este medicamento sin consultarnos y nos comentaron de los resultados en sus pacientes quienes se restablecían, por ello suponemos que el medicamento pueda ser efectivo”, concluyó el representante de Aspid.

 

 

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