Los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Luis Arce Catacora coincidieron en lo anterior durante sus primeras declaraciones a la prensa esta mañana desde Palacio Nacional tras la recepción oficial al mandatario boliviano.
El mandatario boliviano dijo que “es una felicidad” venir a México pero no en condición de refugiado, de asilado, como llegó tras el golpe de Estado de noviembre de 2019.
Destacó la solidaridad del pueblo mexicano que no sólo lo acogió sino que en muchas ocasiones durante su estancia aquí, fue invitado a dar conferencias para exponer el modelo social de su país.
“Por la actitud del gobierno de facto nuestras relaciones se vieron absolutamente disminuidas”, dijo.
Enseguida encomió el papel de la embajadora de México en Bolivia María Teresa Mercado Pérez, “ que nos ayudó tanto” y debe reivindicarse -indicó- el rol de la diplomacia mexicana en aquel momento.
Para Arce, México y Bolivia como países hermanos tienen mucho para trabajar en común, son naciones muy parecidas y hoy tienen la oportunidad para impulsar nuevamente sus relaciones bilaterales.
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