Por: Cortesía

Nacional

Obligan a artesana oaxaqueña a pagar impuestos por sus prendas que elaboró para expo en NY

Para Ricarda García Merino, artesana textil originaria de la comunidad de San Juan Colorado, la invitación que le llegó un día de parte del Consulado General de México en Nueva York para presentar su trabajo en esta famosa ciudad estadounidense  representó una oportunidad no sólo para mostrar sus prendas, sino también para compartir el trabajo de otras mujeres artesanas de su comunidad. 

Fue el 30 de agosto de 2021 cuando el consulado, a través del Departamento de Asuntos Comunitarios, invitó a Ricarda García a participar en La exhibición de artesanías de mujeres oaxaqueñas en Nueva York.

Para ello, llevó sus prendas elaboradas con telar de cintura, pero también las vestimentas tradicionales que realizan las artesanas de su población, con el fin de ayudarlas para que su trabajo también fuera conocido, además de obtener un ingreso por la venta de sus prendas.

Con esa  intención, García Merino no esperaba que al regresar se enfrentaría con la discriminación y el abuso de poder de las autoridades del Sistema de Administración Tributaria (SAT), en la aduana del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).

En su invitación, el Consulado General de México en Nueva York le informó que este evento fue organizado conjuntamente con la Secretaría de las Mujeres de Oaxaca (SMO), con el fin de promover y exhibir en el área triestatal las artesanías elaboradas a mano por un grupo de mujeres artesanas.

Las actividades fueron llevadas a cabo del 10 al 16 de septiembre de 2021, de acuerdo con la carta firmada por el jefe del Departamento de Asuntos Comunitarios del Consulado General de México en Nueva York, Gerardo Izzo Rivera.

“Eran exposiciones donde varias expusimos nuestras prendas. Yo estoy agradecida porque en base a eso damos a conocer nuestras prendas y conocemos nuevos clientes; eso es lo que nosotros hacemos. Esperamos que no sea la primera ni la última vez. Yo quisiera que hubiera personas que nos inviten y nos tomen en cuenta como artesanas porque nosotras nomás a eso nos dedicamos”.

El problema, relata, surgió cuando regresó a México. En el AICM fue retenida por alrededor de tres horas por funcionarios del SAT, que la obligaron a pagar impuestos por las mismas prendas que ella elaboró para participar en la exhibición de Nueva York.

“Ya de regreso me dio mucha tristeza y mucho coraje también porque  en la aduana, como ya traía varias cositas que nos regalaron, la gente que se consideraron de nosotros, nos regalaron varias ropitas usadas, zapatos usados. Yo por el interés de ayudar a mi familia, traía todo eso en mis maletas”.

Ricarda García  trató de convencer a los funcionarios del SAT de que las prendas eran suyas, que podía comprobar que ella las elabora, que les podía mostrar su credencial que la acredita como artesana, expedida por el gobierno de Oaxaca, así como la carta invitación que recibió del consulado.

“Les valió, en la aduana me trataron muy mal, y pues estoy muy sentida por lo que ya ni en Nueva York me trataron así como aquí, en mi mismo México. Yo soy mexicana y siempre he participado en las expos. Soy solamente artesana”.

Los funcionarios del SAT la obligaron a pagar 3 mil 706 pesos de impuestos por ropa valorada en 950 dólares, según consta en el acuse de recibo. En caso de que ella se negara a pagar, amagaron con retener la maleta con sus creaciones. 

En un intento por pedir ayuda, cuenta que habló por teléfono con una persona conocida para ver quién la podía apoyar o qué debía hacer para que no la obligaran a pagar impuestos por llevar sus propias prendas, pero afirma que los funcionarios del SAT la amenazaron cuando se dieron cuenta. Según su relato, le dijeron que “le podía ir peor” si seguía realizando llamadas.

“En ese momento me sentí muy triste, muy preocupada, desesperada porque me estaban cobrando. Me dijeron que si no pagaba yo, me iban a detener la maleta donde llevaba mis prendas y también las de mis compañeras artesanas”.

La artesana de San Juan Colorado expresa que su pueblo es muy humilde y la mayoría de la gente no habla español, por lo que no tienen la posibilidad de salir de la comunidad a vender sus creaciones.