La reconstrucción de las economías en América Latina requiere una transformación digital y la aplicación de medidas “excepcionales” ante el golpe de la pandemia del COVID-19 que provocará la contracción en más de 9 por ciento del PIB regional, el cierre de 2.7 millones de empresas y la pérdida de 8.5 millones de puestos de trabajo, advierte el informe Perspectivas Económicas de América Latina 2020, desarrollado en conjunto por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL).
“Se han acometido intervenciones en el ámbito de las políticas para preservar las capacidades humanas, productivas y financieras. Sin embargo, las capacidades financieras e institucionales son limitadas y los problemas estructurales como la elevada informalidad, la baja productividad y la vulnerabilidad socioeconómica, acentúan la necesidad de adoptar medidas enérgicas y eficaces”, señala el informe en el que también participaron el Banco de Desarrollo para América Latina (CAF) y la Unión Europea.
A corto plazo, a medida que se eliminen gradualmente las medidas de confinamiento, los organismos recomiendan a los países de América Latina, otorgar un apoyo económico continuo para estimular el consumo y fortalecer la inclusión, así como iniciativas de inversión para promover la actividad económica.
En el mediano plazo, las repercusiones de la crisis deben transformarse en una oportunidad para redefinir el pacto social, convirtiendo el bienestar en un elemento central, dando prioridad a sistemas de protección social más fuertes, unas finanzas públicas más sólidas e inclusivas, así como la necesidad de poner en marcha estrategias productivas inclusivas y sostenibles.
De igual forma, el informe destaca que hoy más que nunca, “la cooperación y la coordinación internacionales son cruciales en distintos ámbitos socioeconómicos para preservar la cohesión social, incluida la gestión de la deuda pública externa”.
Cinco acciones para la transformación digital
La transformación digital es una oportunidad para superar las trampas del desarrollo a las que se enfrenta la región, las cuales se han visto acentuadas durante la pandemia del COVID‐19 que ha comprobado las consecuencias y el costo de la brecha digital; sin embargo, advierte que esta transformación no resolverá por sí sola los problemas de desarrollo, debe ir acompañada de políticas públicas en cinco aspectos.
Impulsar la productividad y competitividad de las Mipymes con herramientas digitales, abordar las brechas digitales para que los beneficios de la transformación digital lleguen a todos y enfrentar con políticas de fomento de la productividad, las oportunidades y desafíos que las tecnologías digitales representan para el mercado laboral. La CEPAL estima que el 25 por ciento de los puestos de trabajo de México corren un elevado riesgo de automatización.
“Es necesario impulsar las competencias adecuadas en las primeras etapas de la vida y durante el desarrollo vital de las personas. No basta con proporcionar a los centros educativos y estudiantes más desfavorecidos un mayor acceso a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), sino que también se necesitan programas que desarrollen las aptitudes adecuadas tanto en los estudiantes como en el profesorado”, señala el informe.
También con el uso de las nuevas tecnologías digitales, los gobiernos e instituciones públicas pueden ser más creíbles, eficientes, inclusivas e innovadoras.
“Se puede contribuir a restablecer la confianza en los gobiernos simplificando los complejos sistemas burocráticos, prestando servicios públicos más inclusivos que lleguen a los sectores más desfavorecidos de la sociedad”, recomienda el estudio.