La mandataria enfatizó en su conferencia de prensa matutina que su compromiso es con la verdad y que no hubo negociaciones secretas con Estados Unidos.
Este viernes, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, negó rotundamente que hubiera existido un acuerdo secreto con su homólogo Donald Trump para aplazar los aranceles del 25% sobre productos mexicanos. La mandataria enfatizó en su conferencia de prensa matutina que su compromiso es con la verdad y que no hubo negociaciones secretas con Estados Unidos.
“Nosotros no mentimos. No es que haya una negociación en lo oscurito con Estados Unidos, no”, afirmó Sheinbaum, dejando claro que el diálogo con Trump no estuvo relacionado con acuerdos secretos.
Destacó que, durante su conversación con Trump, el principal argumento para evitar la imposición de los aranceles fue el éxito de su Administración en temas de seguridad. La mandataria subrayó que no solo se trataba de frenar el fentanilo que llega a Estados Unidos, sino también de la responsabilidad de su gobierno de lograr la paz y la seguridad en México, algo que está directamente vinculado con la justicia.
El acuerdo logrado el jueves entre México y Estados Unidos consiguió un aplazamiento de los aranceles por un mes más, con lo cual la medida podría entrar en vigor el próximo 2 de abril.
Sheinbaum mencionó que el acuerdo se alcanzó en un ambiente de respeto mutuo y resaltó que la colaboración con Estados Unidos continuará bajo el marco del acuerdo alcanzado la semana pasada, en el que participaron miembros de su gabinete y funcionarios estadounidenses.
Relación con Estados Unidos y el T-MEC
Al ser cuestionada sobre la confianza de Estados Unidos como socio, Sheinbaum evitó responder directamente y resaltó los avances en la cooperación diaria para el desarrollo y el respeto a la soberanía de México.
Además, reafirmó que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) continuará vigente, con una posible revisión en 2026. La presidenta también mencionó el principio de reciprocidad en el comercio, destacando que México no impone impuestos a los productos estadounidenses, por lo que Estados Unidos tampoco debe hacerlo con los productos mexicanos.