La batalla electoral en el Estado de México comenzará este miércoles, cuando el Consejo General del Instituto Electoral de la entidad (IEEM) dé inicio formal al proceso que culminará con los comicios del domingo 4 de junio.
En sesión solemne, las seis consejeras y el único consejero del IEEM declararán el inicio del proceso electoral que convocará a las urnas a 12.6 millones de mexiquenses registrados en el padrón electoral para renovar la gubernatura.
El Estado de México es una de las dos entidades en las que nunca ha habido alternancia en el país, pero el dominio priista se ve amenazado por el avance de Morena, que desde 2018 ha ganado casi todo en la entidad: las dos senadurías, la mayoría de las diputaciones federales y locales y 30 municipios, entre ellos los más poblados, como Ecatepec y Nezahualcóyotl.
Con la sesión protocolaria de hoy, se detonan un aserie de actividades: el registro de coaliciones y candidaturas comunes, que se cierra el 14 de enero; las precampañas, del 14 de enero al 12 de febrero; el registro de las plataformas electorales, del 13 al 17 de marzo; el registro de candidaturas, el 2 de abril, y las campañas, del 3 de abril al 31 de mayo.
Hasta el momento, se perfilan dos candidaturas femeninas con posibilidades de pelear la gubernatura: la maestra Delfina Gómez, por Morena y el PT (el PVEM ha anunciado que probablemente no vaya en la coalición), y la priista Alejandra del Moral, que sería respalda por el PAN y el PRD.
Aunque se considera que el Estado de México es el “laboratorio electoral” del país, de las últimas cuatro elecciones solo en un caso el partido que ganó la gubernatura triunfó también en las presidenciales del año siguiente.
En 1999, Arturo Montiel (PRI) ganó la gubernatura, pero en el 2000 Vicente Fox (PAN) ganó la presidencia, con más de 2.2 millones de votos mexiquenses. En 2005, Enrique Peña Nieto ganó su estado, pero en 2006 el PRI se hundió al tercer lugar en las presidenciales. En 2011, Eruviel Ávila derrotó claramente al panista Luis Felipe Bravo Mena y al entonces perredista Alejandro Encinas, y su triunfo fue el preámbulo de Peña Nieto en las presidenciales del 2012.
En 2017, Alfredo del Mazo le ganó por un estrecho margen a la morenista Delfina Gómez, pero en 2018 Andrés Manuel López Obrador arrasó en el Estado de México, donde cosechó 4.3 millones de votos.
En esa misma elección, la coalición Morena-PT-PVEM obtuvo 3.8 millones de sufragios en la elección de diputaciones federales y ganó 37 de 41 distritos.
Sin embargo, la ola morenista se frenó en las elecciones federales de 2021, cuando la coalición Juntos Hacemos Historia obtuvo 2.6 millones de votos y solo 24 de los 41 distritos.
La coalición PRI-PAN-PRD obtuvo 2.8 millones de votos y 17 distritos.
En las municipales de ese mismo año, Morena y sus aliados ganaron 41 de los 125 ayuntamientos, el PRI 51, el PAN 18 y el PRD ocho.
En estos números se basa la estrategia de alianza PRI-PAN-PRD, que tratará de impedir que Morena se lleve la entidad más grande del país y la sume a los 22 estados donde ya gobierna la llamada “cuarta transformación”.
Las elecciones del Estado de México transcurrirán en paralelo a las de Coahuila, donde el arranque formal del proceso ocurrió el 1 de enero, en sesión del Consejo General del Instituto Electoral de Coahuila.
Ambos procesos se realizarán con la normatividad vigente, a pesar de la reciente aprobación de las reformas del llamado “plan B”, que modificaron seis ordenamientos legales.
Esto, porque la Constitución establece que cualquier reforma a las leyes electorales debe aprobarse y publicarse a más tardar 90 días antes del arranque formal del proceso electoral, que es el paso que ya dio Coahuila y que este miércoles dará el Estado de México.
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