En México, el tema de la discapacidad ya no se está dejando en el olvido; al contrario, cada año se le mete más fuerza y más recursos.
Para 2025, la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad llega a un millón 614 mil 18 derechohabientes, con una inversión social que supera los 32 mil millones de pesos. Esta lana se dirige a personas menores de 65 años que realmente necesitan un respaldo estable para poder seguir adelante sin tanta barrera.
Además, el programa Salud Casa por Casa está haciendo una chamba enorme: más de un millón 21 mil consultas médicas domiciliarias para personas con discapacidad, ya con historial digital para que cualquier institución pueda darle continuidad a sus tratamientos sin tanta vuelta ni papeleo.
Rehabilitación, terapias y apoyo a familias
Otro punto que no pasa desapercibido es el convenio con la Fundación Teletón, que ha permitido ofrecer 4 millones 401 mil 359 terapias gratuitas a 25 mil 525 niñas y niños con discapacidad en 23 centros distribuidos en 20 estados. Esto refuerza el derecho constitucional a la rehabilitación para menores de edad, algo que muchas familias antes veían como un lujo inalcanzable.
Y sí, hay más. Por instrucción directa de la Presidenta, se otorga un apoyo bimestral universal de 6,400 pesos a familias de niñas y niños con cáncer, lo que ayuda a cubrir parte de los gastos que suelen rebasar a cualquiera.
Una inversión histórica que sigue creciendo
La secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, recordó que este apoyo es universal en 24 estados de 0 a 64 años, y en ocho entidades se da prioridad a personas menores de 30, integrantes de pueblos originarios, comunidades afromexicanas y población en pobreza extrema.
Del 2019 al 2025, la pensión pasó de 2,550 a 3,200 pesos bimestrales, lo que representa una inversión acumulada de 141 mil 253 millones de pesos. Además, los estados han aportado más de 3 mil 776 mdp para que este programa llegue donde más se necesita.
México todavía tiene mucho por mejorar, pero lo que sí es claro es que la inclusión y el bienestar ya no son un discurso; son políticas con cifras, impacto y presencia real en miles de hogares.












