Por vivir en pequeños refugios hechos de cartón, en calles, coladeras, bajo puentes, en parques o en plazas, sin las condiciones mínimas de higiene y salubridad, alrededor de 400 mil personas en situación de calle o en albergues temporales son hoy un peligroso “foco” de contagios de COVID-19, hasta ahora ignorado por las autoridades, advierte un estudio del PAN.
Expone que, “aunque no existe un censo oficial del número de personas que viven en situación de calle, en México se estima que cerca del 13.3 por ciento de la población vive en indigencia; esto significa que pudieran ser más de 14 millones de mexicanos, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)”.
Sin embargo, indica que “el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realizó un cálculo estimado de esta población, y el resultado reflejó que más de 407 mil 720 personas son albergadas o indigentes, aunque las estadísticas disponibles no precisan el número de población que habita en la vía pública”.
Expone que “el INEGI estimó que tan sólo en la Ciudad de México se encontraron 4 mil 354 personas en el espacio público, además de otras 2 mil 400 en albergues públicos y privados. Del total, 87 por ciento son hombres, 13 por ciento mujeres, 2 por ciento niños y niñas, y casi 4 por ciento adultos mayores”.
El estudio del grupo parlamentario panista en la Cámara de Diputados señala que “muchas de estas personas, para tener que comer, se dedican a actividades informales que suponen contacto con más personas, pueden pedir ayuda económica, vender golosinas, animar a conductores en las esquinas, limpiar vidrios, entre otras”.
De este universo, cuando una parte no alcanza lugar en albergues, “la costumbre de vivir en la calle obliga a las personas a tomar decisiones diario, por ejemplo: dónde dormir, con quién juntarse y cuál es su expectativa de vida al día siguiente”.