Con el sustento de la investigación, la Fiscalía General del Estado de Puebla, logró que el Tribunal de Alzada ratificara la sentencia condenatoria de 40 años de prisión contra Carlos Martínez Sánchez, responsable de los delitos de homicidio calificado y homicidio en grado de tentativa.
El Agente del Ministerio Público acreditó la comisión de los hechos ocurridos el 9 de junio de 2016 en la localidad de "El Mirador" perteneciente al municipio de Coxcatlán, donde Carlos en complicidad con otras personas, ingresaron a dos domicilios y empleando armas de fuego e instrumentos punzocortantes, privaron de la vida a once personas, además de lesionar de gravedad a dos menores de edad.
11 muertos en Coxcatlán, entre ellos niños, por problemas territoriales en una inspectoría via @SeySanchez pic.twitter.com/vM4Y68CZU7
— Martha Salvatori Mier (@msalvatorim) June 10, 2016
Martínez Sánchez fue condenado por el Tribunal de Enjuiciamiento el 8 de octubre de 2018 al quedar demostrada su culpabilidad, sin embargo, el sentenciado y su defensa promovieron recurso de apelación solicitando revocación.
La Fiscalía de Investigación Regional, presentó los elementos probatorios pertinentes para lograr que se ratificara la sentencia de 40 años de prisión contra Carlos Martínez Sánchez.
Realizan funerales de los 11 muertos en Coxcatlán #Puebla @Foro_TV @NTelevisa_com pic.twitter.com/HxFnk6Qd9C
— Morán de la Mora (@amoran_mora) June 13, 2016
El recuento de los hechos
Hace más de nueve años antes de la tragedia, un hombre llegó a la casa de los Sánchez Hernández en la comunidad de San José El Mirador, situada entre las sierras Negra y Mazateca de esta entidad, para advertir que mataría a todos si denunciaban la violación sexual cometida contra una joven de ese núcleo familiar.
La víctima del ataque y su familia ignoraron la amenaza de muerte y acudieron a las autoridades para denunciar al agresor sexual, lo que provocó su huida. Al paso de los meses nació un niño producto de ese abuso. El pequeño fue el único que resultó ileso del ataque contra los Sánchez Hernández la noche que se ejecutaron los 11 homicidios.
Su madre, abuelos, tíos y primos fueron acribillados. En total fallecieron cinco mujeres adultas, cuatro hombres y dos niñas, en tanto que otras dos menores fueron llevadas al hospital general de Tehuacán, Puebla, a casi tres horas de esa comunidad.
Esa es una de las líneas de investigación más sólidas que sigue la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE), declaró Vicente López de la Vega, presidente municipal de Coxcatlán, municipio al que pertenece San José El Mirador.
Al día siguiente del ataque se informó que la FGE solicitó el apoyo de su similar del estado de Oaxaca porque, de acuerdo con los datos obtenidos por los agentes investigadores, los homicidas —por lo menos dos— huyeron a pie hacia aquella entidad, cuya frontera comparten con Puebla en esas comunidades del sureste mexicano.
En San José El Mirador, una población desprendida de "El Potrero", se cuenta que antes de la media noche del jueves el silencio del pueblo fue sacudido por detonaciones de armas en dos casas de los Sánchez Hernández. La FGE confirmó después que los homicidas utilizaron armas calibre 22 y un mosquetón.
Las investigaciones.“Originalmente pensamos que se trataba de un pleito de tierras, después que había sido un conflicto religioso, y hoy lo único que decimos es que no salimos del asombro de, cómo puede existir una persona con tan pocos sentimientos para hacer esto”, dijo el alcalde en una entrevista vía telefónica mientras realiza los trámites en el anfiteatro de Tehuacán para recuperar los cuerpos de las víctimas.
Narra que entre los indicios más fuertes para suponer que el principal autor de la masacre es el violador de la joven de San José El Mirador, es porqué el niño, el hijo del homicida, resultó totalmente ileso.
Comparte que otra línea que permite identificar al homicida es que, de acuerdo con las primeras pesquisas, la actual pareja de la muchacha violentada sexualmente, fue asesinado con mucha saña. “El asesino se desquitó porque era la actual pareja sentimental de la joven que había sido abusada sexualmente, entonces ése fue el primer indicio, el segundo fue la criatura, que quedó viva e ilesa”, comenta.
Añade que el joven no pertenecía a la comunidad de San José El Mirador ni a la del Potrero, por lo tanto, las autoridades de Coxcatlán tuvieron dificultades para identificarlo y reclamar el cadáver.
Lucha de credos.
El homicida es identificado como residente de la comunidad de El Potrero, cuya mayoría de habitantes profesa la religión católica, mientras que los habitantes de San José El Mirador siguen la doctrina evangélica. Los segundos se desprendieron de El Potrero por sus diferencias de credo y poblaron esa comunidad en la Sierra Negra de Puebla.
“Hace 12 o 13 años se separó la comunidad y se formó San José El Mirador y por acuerdo de cabildo los aprobamos con base en la Ley Orgánica Municipal; la elevamos a Inspectoría”, comenta el alcalde.
“El gobierno del estado no intervino porque nos dice ‘es bajo tu propio riesgo, porque si tú le diste ese nombramiento tendrás que darle tus recursos para que se ostente como tal’. ¡Finalmente le dimos ese estatus!”.
La masacre de San José no tiene precedente en este municipio y lo más fuerte que han padecido son crímenes de uno o dos personas, incluso son sitios elegidos por el crimen organizado para arrojar cadáveres, “pero nunca habíamos tenido una situación de esta naturaleza por la que trascendimos a nivel internacional”, dice el edil.