El Ayuntamiento de Tlaxcala enfrenta una creciente crítica por mantener una nómina elevada y burocrática, integrada por personas recomendadas por figuras políticas como el exalcalde Gustavo Jiménez y Marco Valencia, ambos señalados por su falta de contribución a la "transformación" prometida y por estar involucrados en actos de corrupción. En lugar de mejorar los servicios públicos, estos personajes han engrosado las filas de la administración capitalina.
Influencias políticas y favoritismo
Juan Carlos Jiménez Ramírez, quien lideraba el Ayuntamiento de Chiautempan en la administración pasada, ahora funge como asesor en la capital tlaxcalteca, en la administración de Alfonso Sánchez García. Esta influencia política ha colocado al hijo de Gustavo Jiménez en una posición clave dentro del Ayuntamiento, generando malestar entre los ciudadanos.
Deficiencias en los servicios públicos
Uriel Sosa Cahuantzi, quien anteriormente manejaba programas sociales, y Marco Valencia Barrientos, ahora director de Servicios Públicos Municipales, también han sido objeto de críticas. A pesar de los anuncios de progreso en servicios, la recolección de basura y el mantenimiento de la ciudad se encuentran en una situación crítica, con camiones en desuso y deudas de más de 2 millones de pesos que impiden el servicio adecuado. La gestión actual continúa sin resolver estos problemas, afectando a la ciudadanía.
El alcalde y su negativa a cambiar la situación
El alcalde Alfonso Sánchez García ha sido cuestionado por su negativa a reducir el gasto en nómina para destinar fondos a necesidades prioritarias, como bacheo y reencarpetado. A pesar de las quejas ciudadanas, Sánchez García ha expresado que no invertirá en estos problemas a corto plazo, generando incertidumbre sobre la gestión futura y la capacidad de respuesta del Ayuntamiento.