Tlaxcala, Tlax.- La Ruta Federal 119 Tlaxcala-Puebla se ha convertido en un escenario cotidiano de inseguridad vial y deficiencias graves en el transporte público. A diario, miles de personas arriesgan su vida al utilizar un servicio que opera fuera de estándares mínimos de calidad y seguridad.
Unidades en mal estado y operadores temerarios
Durante un recorrido reciente, se documentaron vehículos en condiciones mecánicas deplorables, junto a conductores que circulan a exceso de velocidad y realizan maniobras peligrosas.
Según cifras de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICyT), en los últimos cinco años esta carretera ha registrado 66 muertes y 195 personas lesionadas a causa de estos factores.
Desorden en el servicio y falta de regulación
El transporte público en esta vía opera bajo un esquema desordenado y sin supervisión clara. Se observaron ascensos y descensos en zonas no autorizadas, así como una mezcla de concesiones federales y estatales, sin una coordinación que garantice un servicio adecuado.
Los operadores enfrentan jornadas extensas y bajo presión, lo que incrementa el riesgo tanto para pasajeros como para automovilistas.
Competencia desleal: una amenaza constante
La competencia entre concesionarios ha degenerado en una carrera peligrosa por ganar pasaje, provocando afectaciones a peatones, automovilistas y pasajeros. Esta lucha diaria por mantener ingresos se da a costa de la seguridad de todos.
Ciudadanos exigen intervención inmediata
Ante esta crisis, la ciudadanía exige una acción urgente y coordinada de los tres niveles de gobierno. La falta de supervisión y aplicación de la normativa de movilidad ha permitido que este servicio esencial se convierta en un riesgo diario.
Los usuarios piden que se garantice un transporte público digno, seguro y bien regulado, que deje de ser una amenaza para quienes dependen de él cada día.