Tlaxcala, Tlax.- Tlaxcala vivió un acto solemne encabezado por el General de Brigada Diplomado de Estado Mayor, Martín Jaramillo Barrios, y Máximino Hernández, Secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, con la clausura de la campaña de canje de armas de fuego 2024 en la localidad de Panotla. El evento concluyó con la destrucción de armamento asegurado, reafirmando el compromiso por una mayor seguridad.
Destrucción de armas y otros artefactos
Durante la ceremonia, se destruyeron un total de 172 armas de fuego, 432 cartuchos útiles, una granada y más de 2 mil juguetes bélicos. Esta acción se llevó a cabo bajo los protocolos de seguridad establecidos por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Objetivo de la campaña: fomentar la cultura de paz
El General Jaramillo Barrios destacó que el principal objetivo de esta campaña es fomentar una cultura de paz y prevención, reduciendo la presencia de armas en los hogares y, con ello, evitar accidentes o situaciones de riesgo. A través de esta iniciativa, se busca minimizar el acceso a armas y promover un entorno más seguro para los tlaxcaltecas.
Participación ciudadana: un impacto positivo
La campaña de canje permitió a los ciudadanos entregar sus armas de fuego voluntariamente, recibiendo incentivos económicos o bienes sin temor a sanciones legales. Las autoridades informaron que la respuesta de la población superó las expectativas, evidenciando un fuerte compromiso social con la seguridad comunitaria.
Colaboración entre sociedad y gobierno
Máximino Hernández subrayó la importancia de las acciones conjuntas entre las autoridades civiles y militares, destacando que el éxito de la campaña refleja cómo la colaboración entre sociedad y gobierno puede generar un impacto positivo en la construcción de un entorno más seguro para todos.
Compromiso continuo con la seguridad
Con la clausura de esta campaña, las autoridades reafirmaron su compromiso de seguir implementando estrategias de prevención del delito y pacificación en Tlaxcala. La ceremonia cerró con un acto simbólico en el que se destruyeron las armas, marcando el final de un esfuerzo significativo por parte de la sociedad y el gobierno para un Tlaxcala más seguro.