Endurecen fronteras y crecen abusos: OSC alertan crisis migratoria en 2025

De acuerdo con las OSC, las políticas impulsadas por el gobierno estadounidense están marcadas por la criminalización de la movilidad humana, la externalización de fronteras y una grave regresión en la protección de los derechos humanos, lo que afecta directamente a personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas.

Un sistema de castigo que multiplica violaciones a derechos humanos

El informe “Raíces en la Tormenta: solidaridad y dignidad en un hemisferio blindado” documenta cómo la política migratoria dejó de centrarse en la protección para convertirse en un sistema de castigo, contención y exclusión. Entre los impactos más graves se encuentran deportaciones expeditas sin debido proceso, separación familiar, devoluciones a contextos de violencia y el hostigamiento a albergues y defensores de derechos humanos.
También se advierte sobre riesgos extremos para la vida, daños a la salud mental de niñas y niños, así como afectaciones específicas a mujeres y personas de la diversidad sexual. Las OSC señalan que estas medidas debilitan el sistema de protección internacional, violan el principio de no devolución y erosionan garantías básicas como la presunción de inocencia.

CBP One, autodeportaciones y un llamado urgente a cambiar el rumbo

El informe expone cómo el uso y posterior cancelación de la aplicación CBP One dejó a miles de personas varadas en México, muchas de ellas en total indefensión. En abril de 2025, casi 985 mil personas perdieron su estatus legal y fueron obligadas a salir de Estados Unidos, mientras más de 30 mil seguían esperando una cita sin ninguna solución.
Además, el cambio a CBP Home ha sido señalado como una herramienta para fomentar la autodeportación, mientras se refuerza la militarización con la Guardia Nacional y se reactivan políticas como la expansión del muro fronterizo.
Pese a este panorama, las OSC destacan un ecosistema de resistencias, basado en la solidaridad regional, la defensa integral de derechos y la construcción de narrativas de dignidad. El mensaje es claro: la migración no es una amenaza, es una realidad histórica y una expresión de la dignidad humana, por lo que urge un cambio profundo en las políticas migratorias.