Tlaxcala, Tlax.- El fenómeno de la migración interna en México ha aumentado considerablemente en los últimos años, especialmente en los estados del sur. Oaxaca, uno de los estados más afectados por la violencia y pobreza, ha visto cómo miles de sus habitantes abandonan sus pueblos en busca de una vida mejor. En su travesía, muchos pasan por Tlaxcala, donde, ante la falta de empleo y servicios básicos, sobreviven gracias a la caridad de los locales y la venta de artesanías en los semáforos.
Semáforos: El lugar donde las familias buscan sobrevivir
En municipios como Chiautempan y Santa Ana Chiautempan, familias oaxaqueñas se instalan en los semáforos, ofreciendo artesanías de palma a cambio de unas monedas para poder alimentarse. Gregorio y Carolina, provenientes de Nochixtlán, Oaxaca, explican cómo subsisten gracias a la generosidad de los automovilistas, mientras sus hijos piden limosna. "A veces, solo comemos lo que nos regalan", comenta Gregorio, quien sueña con llegar a Estados Unidos para ofrecer un futuro mejor a sus hijos.
El dolor de la migración: El testimonio de Elías Dávila
Elías Dávila Espinosa, párroco de la Diócesis de Tlaxcala, subraya que la migración es un "fenómeno silencioso que duele", ya que las familias se ven forzadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad y estabilidad. Según Dávila, Oaxaca se encuentra entre los cinco estados con más migración, y muchos de los migrantes que pasan por Tlaxcala no solo enfrentan condiciones precarias, sino también una crisis humanitaria en su camino hacia Estados Unidos.
El trabajo infantil: Una consecuencia de la pobreza
La pobreza extrema también lleva a la explotación infantil. En varias zonas de Tlaxcala, niños de entre 4 y 6 años se ven obligados a pedir dinero mientras sus padres venden artesanías. A pesar de las dificultades, Gregorio y Carolina insisten en que su principal objetivo es llegar a los Estados Unidos, un destino que aún parece lejano debido a su situación migrante, que les impide acceder a programas de ayuda en México.
La generosidad tlaxcalteca: Una chispa de esperanza en medio de la adversidad
Aunque la situación es difícil, la solidaridad de los tlaxcaltecas ofrece un respiro a estas familias. En fechas como la Navidad, algunas personas paran en los semáforos para entregar juguetes y alimentos a los niños migrantes, quienes, por un momento, pueden sonreír gracias a la generosidad de los demás.
La historia de estas familias refleja el dolor y la lucha diaria por sobrevivir, mientras enfrentan la pobreza, la migración y el trabajo infantil. La empatía de los tlaxcaltecas y la resiliencia de los migrantes siguen siendo claves en esta difícil realidad.