Por: Cortesía

Tlaxcala

Toxicidad en la Cuenca del Alto Atoyac es más grave que hace 13 años, denuncia Centro Fray Julián Garcés

Tlaxcala, Tlax., La presencia de sustancias tóxicas en la Cuenca del Alto Atoyac ha empeorado desde 2011, a pesar de las millonarias inversiones en plantas de tratamiento y otras infraestructuras, evidenció el Centro Fray Julián Garcés. Durante el foro “Cuenca del Alto Atoyac, voces comunitarias sobre la devastación sociambiental”, la organización lamentó que los resultados de los proyectos de investigación del Conahcyt muestran que los esfuerzos de saneamiento no han tenido impacto, con la toxicidad persistente en el agua.

El análisis reveló la presencia de metales pesados y sustancias tóxicas como mercurio, plomo, arsénico, cadmio, y compuestos orgánicos volátiles, así como altos niveles de nitrógeno debido a descargas industriales y el uso excesivo de fertilizantes. Además, la actual Norma Oficial Mexicana 001-Semarnat-2021 es insuficiente, ya que solo regula 22 contaminantes, mientras que 81 sustancias tóxicas no están sujetas a ninguna norma ambiental.

A través de estudios realizados por investigadores de la UNAM, se confirmó que entre 2012 y 2022 los niveles de contaminación en los ríos Atoyac y Zahuapan no han cambiado significativamente, lo que sugiere que las acciones gubernamentales no han sido efectivas. La organización criticó que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) haya dado por cumplidas las recomendaciones a instancias como Semarnat, Profepa y Cofepris, a pesar de la reincidencia en la violación de derechos humanos, entre ellos el derecho al medio ambiente sano.

El Centro Fray Julián Garcés calificó como esperanzador el reciente anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo sobre la limpieza de los ríos más contaminados del país, incluyendo el Atoyac. Sin embargo, exigieron a las nuevas autoridades reconocer la Cuenca del Alto Atoyac como una Región de Emergencia Sanitaria y Ambiental. Asimismo, pidieron que se detenga la política de construcción de plantas de tratamiento mientras las industrias continúen arrojando aguas tóxicas sin control, y demandaron un diálogo con las comunidades afectadas para desarrollar soluciones concretas.

 

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