El AirCar está cumpliendo uno de los sueños recurrentes del futuro: la llegada de los autos voladores.
Hace un siglo, las ideas sobre cómo sería el futuro en el año 2000 parecían seguir un cauce lógico: las ilustraciones con robots caminando naturalmente entre humanos, viajes interestelares y autos voladores dejaban entrever la visión de la época sobre el desarrollo tecnológico mientras el mundo cambiaba a pasos agigantados.
Y aunque la mayoría de las predicciones de aquel entonces no están ni siquiera cerca de cumplirse en el presente, una de las más descabelladas podría ser realidad muy pronto:
La tarde del martes 29 de junio, el AirCar (un prototipo de auto volador desarrollado por la empresa Klein Vision, propiedad del multimillonario Stefan Klein) realizó un vuelo de 35 minutos recorriendo los 80 kilómetros que separan los aeropuertos de Nitra y Bratislava, en Eslovaquia.
Se trata de un modelo de una tonelada para dos pasajeros, que puede llevar una carga adicional de 200 kilos adicionales en cada vuelo. El AirCar está equipado con alas plegables, alerón, un motor BMW 1.6 y sus fabricantes consideran que puede realizar viajes de unos mil kilómetros a una altura de 2,500 metros, consumiendo 18 litros de gasolina por hora.
En su vuelo de prueba, AirCar alcanzó una velocidad media de 170 kilómetros por hora en el aire y posteriormente rodó sobre las calles de Bratislava como cualquier otro vehículo terrestre.
300 metros de carrera para despegar
Para lograr la proeza de vencer a la gravedad terrestre y surcar los aires, el AirCar requiere una carrera de 300 metros en los que alcanza una velocidad mayor a 200 kilómetros por hora para emprender vuelo.
Según Klein, su desarrollo requirió de una inversión de 2.4 millones de dólares y se trata de un sistema simplificado que cualquiera podría volar. A pesar de que la empresa asegura que el Aircar lleva más de 40 horas en el aire, tanto su fabricación en serie como su comercialización aún pertenecen más al terreno de la ciencia ficción que de la realidad.
Los transportes aéreos requieren cumplir con una normativa muy estricta a nivel mundial, sólo al alcance de un puñado de grandes fabricantes aeronáuticos que se encargan de abastecer la demanda de aeronaves comerciales, privadas y para uso estatal o del ejército.
No obstante, la compañía considera que la demanda de aviones privados es tal, que AirCar y otras empresas podrían alcanzar un valor de mercado de 1.5 mil millones de dólares en dos décadas.
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