Ingerir lácteos mejora la salud de la flora intestinal, lo que se relaciona con un menor riesgo de problemas metabólicos. Por eso, es una de las variedades de alimentos recomendados para el confinamiento.
Atrás han quedado las recomendaciones sobre la ingesta de lácteos desnatados. En la actualidad, se sugiere consumir lácteos enteros, con grasa, pero sin azúcares añadidos. Esta clase de producto se destaca por encima de otras presentaciones debido a su contenido en probióticos.
El aporte de calcio de los productos procedentes de la leche no es esencial. Este mineral puede obtenerse mediante la ingesta de vegetales. No obstante, los lácteos, sobre todo los fermentados, cuentan con bacterias que mejoran la salud intestinal.
Dichos microorganismos no se encuentran en otros tipos de productos animales o vegetales. En general, es necesario recurrir a los alimentos fermentados a base de leche para garantizar su consumo.
La importancia de los probióticos
La microbiota intestinal se considera, hoy en día, como un órgano independiente. Se relaciona con la salud cerebral, metabólica e incluso cardiovascular. De hecho, un estudio publicado en la revista Cellular and Molecular Life Sciences, vincula alteraciones en estas bacterias con una mayor predisposición a la obesidad.
El estado de la flora intestinal puede influir en muchos marcadores relacionados con la salud. Por este motivo, durante el confinamiento, es crucial mantener las bacterias intestinales en las mejores condiciones posibles. Lo contrario implicaría un aumento de la permeabilidad intestinal, lo que pone en riesgo la salud a medio plazo.
Para garantizar la salud del tracto digestivo, es necesario consumir al menos 2 raciones de lácteos fermentados al día. Incluso la suplementación con una cepa de probióticos puede resultar beneficiosa, tal y como afirma un artículo publicado en la revista Nutrition Research.
Los lácteos y su relación con la depresión
Durante el confinamiento es normal que se produzcan alteraciones en el estado de ánimo. Para evitar procesos depresivos, se aconseja tomar una serie de medidas desde el punto de vista dietético.
Una de ellas consiste en la suplementación con melatonina. La ingesta de 5 mg de esta sustancia, 30 minutos antes de dormir, se asocia con una mejor salud mental. Otra de las estrategias que se puede seguir tiene que ver con el mantenimiento de una flora intestinal saludable.
Para ello, la ingesta de lácteos es un principio básico. Los estudios que relacionan la permeabilidad intestinal con un aumento del riesgo de depresión van en aumento. Existe evidencia científica suficiente como para asegurar este vínculo. De este modo, resulta protector consumir lácteos fermentados a diario.
Consumir lácteos enteros, sin azúcar
Además, el aporte de lácteos puede reducir las deficiencias de ciertas vitaminas liposolubles, sobre todo cuando se eligen sus versiones enriquecidas. No obstante, el hecho de eliminar la parte grasa de estos productos conlleva la pérdida de una buena parte de su contenido vitamínico.
Por lo anterior, no es nada aconsejable recurrir al consumo de lácteos desnatados. Este tipo de productos son perjudiciales, por ejemplo, en el caso de las mujeres que sufren el síndrome del ovario poliquístico.
La relación entre la ingesta de leche desnatada y la alteración de la producción de testosterona puede aumentar las complicaciones en este tipo de pacientes, como lo detalla un estudio publicado en International Journal of Preventive Medicine.
En cualquier caso, es necesario vigilar el etiquetado de los productos lácteos. Muchos de ellos, en especial los yogures, cuentan con una gran cantidad de azúcares en su composición.
El aporte regular de carbohidratos de alto índice glucémico se relaciona con un empeoramiento de los marcadores metabólicos, lo que puede generar un aumento del riesgo de enfermedad.
Como sabemos, durante el confinamiento es esencial reducir la ingesta de azúcares simples, para al menos intentar compensar los efectos negativos de la inactividad física.
Por todos los motivos expuestos, el consumo de lácteos resulta más que recomendable durante el periodo de cuarentena. Es esencial observar el etiquetado de los productos para cerciorarnos de que estamos adquiriendo un alimento de buena calidad.
Hay que recurrir a los lácteos enteros, pero sin azúcares añadidos en su composición. Un par de raciones al día de estos alimentos incidirá de forma positiva en la salud, pues mitiga parte de los efectos del sedentarismo durante el confinamiento.
De todos modos, es necesario incidir en la importancia de una dieta variada. A pesar de que el consumo de carbohidratos debe verse disminuido, no es aconsejable realizar restricciones totales de ningún tipo de alimentos. Lo adecuado es optimizar la dieta para que se ajuste a las necesidades energéticas y nutricionales.
Mejor con Salud.