Un estudio descubrió el instante en el que nuestro cerebro pierde la conexión al estar anestesiado.
Ya lo dijo el médico: una intervención quirúrgica es necesaria. No sólo eso, el paciente tendrá que estar completamente dormido para que el procedimiento sea exitoso. Un par de minutos antes de empezar, una mascarilla de plástico se coloca entre la boca y nariz de la persona. Pocos instantes después, pierde la conciencia. La anestesia hizo efecto.
¿Qué es la conciencia?
Para el ser humano, el conocimiento de su propia existencia es vital, así como de sus propios actos y estados. Durante milenios, esta inquietud ha motivado diversas disciplinas científicas. A pesar de que la conciencia todavía sigue siendo un misterio para la ciencia, un campo amplio de investigación permanece abierto con respecto a qué pasa ésta se altera, o cuando se pierden los sentidos.
Uno de ellos atañe al terreno médico, particularmente en el accionar y efectos posteriores de la anestesia en el cuerpo humano. No sólo porque permite a los especialistas tener un mayor control del procedimiento quirúrgico en el que se aplique, sino mejorar la seguridad en la dosificación necesaria en cada caso.
De acuerdo con el Hospital del Mar de Barcelona, hoy es posible determinar a nivel neurológico el momento exacto en el que los fármacos anestésicos provocan la pérdida de la conciencia en el organismo. El estudio se realizó a partir de imágenes de resonancia, ya que el efecto se da cuando la corteza y tronco cerebral dejan de estar en sintonía. Estos fueron los hallazgos.
¿Qué revela el sistema neurológico sobre la anestesia?
El estudio, publicado en la revista científica Sleep, se realizó con voluntarios sanos que fueron sometidos a pruebas de neuroimagen, de manera que se pudiera observar la reacción del cerebro bajo el efecto de anestesia.
Investigadores del Hospital del Mar detectaron la secuencia exacta por la que el cerebro pasa al estado de inconsciencia. Se tomó una muestra de 21 pacientes sanos, a los que se les aplicó el anestésico propofol. Mientras se les administró, cada voluntario debía de apretar un sensor cada dos segundos, para poder seguir el proceso de conciencia individual.
La resonancia magnética demostró que cuando dejaban de hacer fuerza con la mano, es decir, cuando perdían la conciencia, se producía una pérdida de conexión entre la corteza cerebral. Fue así como se logró el primer registro en el que se identifica claramente el momento en el que se transiciona a un sueño inducido por anestesia.
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