Uno de los misterios más grandes para la humanidad es cómo surgió algo que usamos todos los días: el lenguaje. Aquí te contamos por qué encontrar su origen no es una tarea fácil.
El lenguaje es una de las herramientas humanas más indispensables para la vida como la conocemos. Desde una conversación cotidiana hasta una disertación científica, las palabras son necesarias para poder comunicarnos con los otros. A diferencia de la escritura, el lenguaje hablado no deja testigo físico de su existencia. El origen del lenguaje causa problemas y usa evidencia biológica para argumentar sus posibles soluciones, las propuestas de fecha varían entre los 50 mil y los 500 mil años.
Aunque muchas especies no humanas han demostrado tener sistemas de comunicación entre sí, ninguna es muy semejante al lenguaje humano. Este hecho ha provocado una discusión entre los especialistas del lenguaje ¿cómo surgió en los seres humanos esta compleja forma de comunicación? Para ello se han propuesto una variedad bastante amplia de teorías, éstas son algunas de ellas.
Las distintas teorías sobre el origen del lenguaje
Teorías Bow-Wow
Nombradas así por el filósofo alemán Max Müller, este conjunto de teorías sugieren que el lenguaje se originó a partir de imitación de sonidos del entorno cercano. Las onomatopeyas, palabras parecidas a los sonidos que representan, son la pieza central de estas teorías. Quienes no están de acuerdo con ellas, argumentan que hoy en día muy pocas palabras pueden ejemplificar estos casos.
Teorías sobre expresiones espontáneas
Dentro de estas ideas se plantea la hipótesis de que el lenguaje surgió a partir de exclamaciones involuntarias que las personas hacían en su vida diaria. Llanto, risa, interjecciones y gruñidos conformaron un grupo de sonidos que compusieron lo que después sería el lenguaje humano.
El lenguaje corporal
En contraste con las teorías anteriores, hay otra que propone que el lenguaje humano nació de los gestos y las señas. La hipótesis se fundamenta en comparar las habilidades de comunicación que tienen otros primates con quienes compartimos ancestros. Muchos de ellos, aunque no tienen un sistema de sonidos tan complejo como el humano, sí usan gesticulación facial y movimientos corporales. Desde un punto de vista evolucionista, las gesticulaciones se convirtieron en lo que hoy es nuestro lenguaje.
La respuesta está lejos de ser certera y faltan muchas pistas para develar este gran misterio.
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