Por: Cortesía

La malinche fue una traidora y otros mitos del México prehispánico que debemos aclarar

La historia de México, como la de cualquier otro país, está llena de mitos que se preservan durante varios años. Pero es en especial la época prehispánica cuando nos encontramos con muchos de ellos. Hoy hablaremos acerca de varios hechos que se han creído ciertos durante gran parte de nuestra vida, pero que guardan otras verdades detrás. Prepárate para conocer los siguientes mitos del México prehispánico que quizás te resulten sorprendentes.

Los perdedores del juego de pelota eran sacrificados

El juego de pelota es una de las prácticas más polémicas de la historia prehispánica en México, en cuanto a su significado y propósito. Algunos historiadores dicen que se trataba de una representación de la guerra.

Por otro lado, se cree que representaba algún tipo de culto a la fertilidad, mientras que el traslado del balón a través del campo de juego simbolizaba el movimiento de los astros como el sol, o probablemente de la luna, en la bóveda celeste.

Cuando adquiría el papel de ritual, los perdedores corrían el peligro de morir, pero esto no era el fin último.

Se tiene la idea de que a los perdedores del juego se les sacrificaba en automático y que esto incluso representaba un orgullo para ellos. Sin embargo, esto es puesto en duda por diversas fuentes.

La cultura maya estaba extinta cuando los españoles llegaron a México

Es un error afirmar que los mayas ya no existían cuando los conquistadores llegaron al sureste del país. Si bien el esplendor de los mayas ya había quedado atrás, aún habían habitantes en ciudades importantes como Mayapán, Chichén Itzá, Tulum y Petén.

Diversos grupos mayas estaban sumidos en conflictos, lo cual se agravó con el arribo de los españoles, que los sometieron a su voluntad. Los conquistadores tomaron el sureste de México después de seguir una ruta desde Cozumel, Yucatán, Belice y Chiapas.

La Malinche traicionó a todo un país

La historia de México ha tratado a Malinalli (mejor conocida como La Malinche) como sinónimo de traición, lo cual es totalmente debatible. Cuando el conquistador español Hernán Cortés realizaba una de sus campañas en México, Malinalli le fue obsequiada como esclava cuando apenas era una adolescente. El conquistador español aprovechó que la mujer sabía hablar maya y náhuatl para su provecho.

Doña Marina, como se le conoció una vez que fue parte de la avanzada española, no solo estuvo al servicio de Cortés como mensajera y consejera, sino también como amante. Juntos procrearon a Martín Cortés, el primer mexicano mestizo conocido.

Malinalli fue víctima de una serie de circunstancias adversas: fue negada por su familia, entregada a desconocidos, violada por ellos y obligada a servirles.

“La Malinche es considerada como la que tiene la culpa de todas las desgracias nacionales y de todas las batallas perdidas en la historia de México”, dice a BBC Mundo el historiador José Antonio Flores Farfán. “Esta idea del malinchismo, de atribuírselo a una sola mujer, es un gesto muy machista, muy misógino”.

Los aztecas vieron un águila devorando a una serpiente en el lago de Texcoco

La leyenda dice que de Aztlán salió un pueblo siguiendo a un dios llamado Huitzilopochtli. Éste les dijo que llegarían a su destino final, una especie de tierra prometida, cuando vieran a un águila devorando a una serpiente. Cuando esto ocurrió, ese pueblo levantó una de las ciudades más importantes de Mesoamérica: la gran Tenochtitlan, situada en medio del lago de Texcoco.

¿Pero esto realmente ocurrió? El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, doctor honoris causa por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala:

“Tanto las crónicas, especialmente del siglo XVI, se entreveran o mezclan con el dato histórico y el mexica va a decir que se asienta donde vieron el símbolo que su dios Huitzilopochtli les indicó: el águila parada en el nopal, pero ese hecho jamás ocurrió”.

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Cuando los aztecas llegaron al Valle de México, el grupo más poderoso estaba asentado en Azcapotzalco bajo el mando de Tezozomoc, quien indicó a los aztecas que podían tomar posesión de los islotes del lago de Texcoco.

En ese sitio es cuando los aztecas hicieron alianza con los señoríos de Tacuba y Texcoco, la llamada Triple Alianza. Esta dio como resultado la liberación de Azcapotzalco en 1428 y su futura expansión por buena parte de Mesoamérica.

“Al momento del triunfo, Izcóatl, señor de Tenochtitlan, ordena que se reescriba la historia, y empieza a inventar una nueva historia. A mi juicio ahí nace el concepto del águila parada sobre el nopal. El águila representa a Huitzilopochtli”, relató el investigador en una charla especial.

En el Teocalli de la Guerra sagrada, ubicado en la sala mexica del Museo Nacional de Antropología, se aprecia que el águila tiene en el pico el símbolo de la guerra, el Atlachinolli, y no una serpiente.

MUY INTERESANTE.

 

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