A causa de la pandemia por COVID-19, la esperanza de vida en hombres y mujeres alrededor del mundo decreció en casi dos años.
Desde la Segunda Guerra Mundial, el planeta no había visto aumentos tan dramáticos en la mortalidad de la población. Hoy, a poco más de año y medio de comenzada la pandemia por COVID-19, la esperanza de vida en el mundo se redujo entre 1.7 y 2.2 años, dependiendo del país y el género de cada persona. De acuerdo con un informe reciente de la Universidad de Oxford, los estragos se aprecian más entre personas mayores a 60 años.
2 años menos en promedio
De acuerdo con la investigación de científicos de Oxford, la pandemia ocasionó una disminución significativa en la esperanza de vida de las personas al nacer. El estudio se llevó a cabo en 29 países, de los cuales, 27 vieron estragos en las tasas de mortalidad entre 2019 y 2020. Las reducciones se documentaron en un año completo, especialmente en muertes relacionadas oficialmente con infecciones de COVID-19.
Los investigadores destacaron que esta tendencia se apreció con más claridad en personas mayores de 60 años, quienes originalmente se catalogaron como población de riesgo. Aunque los registros más graves se localizaron en Europa Occidental, Estados Unidos y Lituania destacaron como los países más severamente afectados en términos de esperanza de vida.
Este aumento no distinguió barreras de género. Tanto hombres como mujeres en todo el mundo resultaron tener una esperanza de vida inferior que en 2015, señala el estudio. Los datos recopilados arrojan nueva luz sobre la manera en la que la pandemia ha impactado a la población del planeta. Tales cifras no se habían registrado desde mediados del siglo XX, tras el término atómico de la Segunda Guerra Mundial.
¿Todos vamos a vivir menos?
De acuerdo con las estimaciones del estudio, han habido más de 1.8 millones de defunciones ligadas al COVID-19 en todo el mundo en 2020. Aunque el número parece monstruoso, contener todas las muertes en una misma cifra “enmascara el impacto desigual de la pandemia en diferentes países y características demográficas como la edad y el sexo, también como su impacto en la salud de la población, los años de vida perdidos y la longevidad”, escriben los autores.
Después de décadas de apostar por vidas más largas, la humanidad se está enfrentando a dos grandes retos. El primero es muy evidente: sortear las barrearas sanitarias que impuso la pandemia. El segundo lo hemos venido arrastrando desde hace, al menos, 30 años: las consecuencias catastróficas que tendrá el cambio climático a nivel global, de no revertirse la tendencia de consumo y explotación de recursos naturales que llevamos hasta ahora.
El estudio tuvo un enfoque internacional, de manera que pudiera establecerse por primera vez un comparativo robusto entre los países analizados. A pesar de ello, los autores apuntan que estas cifras no deberían de considerarse como un indicador individual de la esperanza de vida. Si bien es cierto que la pandemia trajo reducciones a nivel global, esto no quiere decir que todos vayamos a vivir dos años menos en promedio.
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