Puede que tu próxima prueba de coronavirus en aeropuertos sea una nariz curiosa: los perros olfateadores pueden detectar COVID-19 y ayudar detener la propagación del virus en centros de alto riesgo.
“Freya” es una cocker spaniel. Forma parte de un escuadrón de agentes entrenados para frenar la pandemia por coronavirus. Junto con sus compañeros, han logrado un método altamente efectivo para saber si una persona está contagiada de coronavirus. El caso de éxito ha recorrido el mundo: resulta ser que los perros entrenados son altamente eficaces para detectar el virus, incluso en personas asintomáticas Así funcionan los perros COVID-19.
Perros COVID-19: una alternativa para detectar pacientes positivos
Las pruebas no sólo se reducen al coronavirus. Originalmente, los perros olfateadores se entrenaron para identificar la malaria y realizar otras detecciones médicas. En la imagen, Freya logró con éxito detectar la muestra que se le presentó, en el marco del estudio conducido por Medical Detection Dogs, en marzo de 2020.
En conjunto con la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, la organización trabajó para comprobar que estos animales de compañía pueden aprender en seis semanas a proporcionar un diagnóstico rápido y acertado sobre diversos tipos de infecciones. El caso del COVID-19, por la coyuntura global, ha sido el más sonado hasta ahora.
Además de enfermedades virales, los perros entrenados son capaces de identificar correctamente diversos tipos de cáncer y Parkinson, así como infecciones bacterianas de diferente índole. Lo más sorprendente es que, al día de hoy, son capaces de identificar pacientes positivos de coronavirus que son asintomáticos. Así, pueden convertirse en una barrera inocua para ayudar a detener la crisis sanitaria global.
Una alternativa más accesible y ecológica
Además de ser veloces, Freya y sus compañeros involucrados en este esfuerzo médico resultan ser no-invasivos para el organismo. De acuerdo con la BBC, han podido detectar 90 % de las infecciones del virus aunque los pacientes no muestren síntoma alguno. Por medio del sentido desarrollado del olfato que tienen estos animales, es más fácil y ecológico que aplicar pruebas rápidas.
En la actualidad, la organización está trabajando para entrenar a miles de perros más que ayuden a combatir la crisis sanitaria global. Los esfuerzos se han imitado en otras partes del mundo. En Australia, por ejemplo, investigadores de la Universidad de Adelaide se sumaron a este esfuerzo internacional.
La metodología es sencilla: cuando se toma la muestra de sudor de un paciente (presente en su cubrebocas, ropa o artículos personales), se da a oler a los perros COVID-19. Si logra identificar correctamente el virus, se le da su juguete favorito o algún refuerzo positivo para premiar la respuesta acertada. Se planea implementar la estrategia de detección en hospitales, aeropuertos e instalaciones de cuarentena.
“La clave es que los perros son significativamente más rápidos que otras pruebas“, destacó el coautor del estudio, James Logan. De esta manera, se puede tener un primer filtro para las personas infectadas y se reduce la probabilidad de falsos positivos en los centros de mayor riesgo de propagación.
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