Por: Cortesía

¿Qué hace el penacho de Moctezuma fuera de México?

Un regalo, una ofrenda, un saqueo: hay múltiples mitos en torno al penacho de Moctezuma, y cómo sucró el mar para llegar a Europa. ¿En dónde se encuentra actualmente, y por qué no está en México? 

Sucedió antes del estallido de la pandemia por COVID-19. La entoces primera dama, Beatriz Guitiérrez Müller, recorrió varios países europeos en donde, presuntamente, se resguardan piezas que pertenecen al patrimonio de México como parte del acervo de museos europeos. Muchas de ellas, creadas durante la época precolombina del país, y pertenecientes a diversas culturas nativas del territorio nacional. Entre ellas, uno de los protagonistas indiscutibles fue el penacho de Moctezuma.

Construido principalmente de plumas de quetzal, un ave típica del sureste mexicano, es uno de los tocados más impresionantes que se conservan del Imperio Mexica. Como su noveno tlatoani, o emperador, Moctezuma II debía portar ropajes que representaran el poderío económico, militar y artístico de su imperio. Si esta pieza de altísima artesanía tuvo tal peso para la cultura mexica, ¿por qué, entonces, el penacho de Moctezuma está fuera de México?

¿Dónde se encuentra el penacho de Moctezuma?

Según los registros que llegaron a nuestros tiempos por medio de los códices mexicas, los penachos eran símbolo de guerra y poder. “Los señores lo portan cuando están en batalla”, escribe la doctora en Historia Carmen Aguilera, “cuando ascienden al trono para gobernar e impartir justicia”. Los dirigentes los portaban al ir a batalla, así como para tomar decisiones ejecutivas trascendentes, como se muestra en la imagen anterior.

En la actualidad, el penacho de Moctezuma se encuentra en el Museo de Etnología de Viena, la capital de Austria. Pero, ¿qué hace tan lejos de la antigua capital del imperio mexica? A 16 mil 289 kilómetros, exactamente. De acuerdo con Magda Michalska, historiadora y periodista en Daily Art Magazine, existen “9,000 objetos mexicanos dispersos por Europa y Estados Unidos”.

Ni siquiera hay una palabra en los idiomas europeos excepto, quizás, el español para referirse al penacho. Tiara, tocado, diadema: estos son algunos de los términos que se emplean en el extranjero para hacer referencia a esta pieza, que en realidad, es un penacho. En náhuatl, se le conocía como quetzalapanecáyotl, documenta Arqueología mexicana, y por su belleza y complejidad, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se refiere a él como ‘el penacho del México Antiguo’. En ninguno de estos nombres aparece ‘Austria’ o ‘Europa’.

En torno a cómo llegó el penacho de Moctezuma al Viejo Continente, hay muchos mitos. El primero de ellos, que el noveno tlatoani entregó esta pieza a Hernán Cortés como un regalo para el emperador Carlos V. Otras versiones sugieren que fue un regalo directo del mandatario al conquistador. Dado el saqueo descarado que los europeos llevaron a cabo en América y a sus civilizaciones, lo más probable es que alguno de estos personajes se lo haya llevado de manera ilegítima hasta Europa. Y ahora, a pesar de las múltiples controvesias internacionales, los austriacos se niegan a devolver esta pieza a México.

¿Este penacho le perteneció a Moctezuma verdaderamente?

Hoy en día, se cuestiona sobre si este penacho verdaderamente le perteneció al noveno tlatoani de México-Tenochtitlan y emperador de facto del Imperio Mexica. No hay manera de confirmarlo, más que los registros históricos que se escribieron después de la ocupación española durante la época colonial. La vasta mayoría de los documentos previos fueron destruidos, en favor de la agenda imperialista europea.

Lo que sí se sabe es cuándo llegó a manos del gobierno austriaco. En 1596, el archiduque Ferdinand II von Tyrol, sobrino del emperador Carlos V, mencionó al penacho de Moctezuma como parte de su inventario personal, junto con otros 160 artículos prehispánicos. El documento está fechado y tiene el sello de la familia Borbón, por lo que se puede rastrear en qué momento ya estaba bajo el poder europeo. Sin embargo, es prácticamente imposible saber cuándo llegó a Europa como tal.

El Gobierno de México, sin embargo, no se ha quedado de brazos cruzados. Durante al menos 4 décadas, el INAH y otras autoridades culturales del país han disputado la repatriación del penacho de Moctezuma. Los austriacos han argumentado, según Daily Art Magazine, que “el estado del objeto es demasiado delicado para sobrevivir incluso a un movimiento ligero”. Algunos académicos mexicanos, como Eduardo Matos Moctezuma, están de acuerdo. Otros, sencillamente quieren la pieza de regreso a su país.

A falta de tecnología suficiente para transportarlo de manera segura, y poca apertura de las instituciones museísticas austriacas, el penacho de Moctezuma sigue en el extranjero. Una réplica exacta está exhibida en el Museo Nacional de Antropología: la única manera en la que los mexicanos podemos apreciarlo de manera gratuita, ya que el Weltmuseum en Viena cobra una tarifa de 312 pesos, incluso a mexicanos, para poder visitarlo.

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