Foto: Cortesía

Suecia abre la primera biblioteca de libros censurados en el mundo

Después de siglos de represión ideológica en la Europa medieval, una biblioteca sueca inauguró una biblioteca de libros censurados.

Es bien sabido que, durante el Medioevo, la Inquisición se encargó a lo largo y ancho del continente europeo de encontrar obras literarias que, según sus estándares, desviaban a los feligreses del camino de Dios. Quemándolos, destruyéndolos, desmembrándolos o guardándolos en mazmorras, la Iglesia Católica se encargó de no sólo armar un catálogo amplio de libros censurados, sino de desvanecerlos de la faz de la Tierra por completo.

Esta restricción medieval a la libertad de expresión, sorprendentemente, se mantiene hasta nuestros días. El Vaticano sostiene una lista de una serie de libros malditos, que no pueden ser consultados por aquellos que prediquen la religión católica bajo el nombre de Index librorum prohibitorum. Entre ellos, está El origen de las especies, de Charles Darwin, Justina, del Marqués de Sade, y Los miserables, de Víctor Hugo, por mencionar algunos de los miles de títulos prohibidos.

Una biblioteca sin censura

Recientemente, en Suecia se atentó contra esta imposición oscurantista. Bajo el nombre de Dawitt Isaak, la ciudad de Malmöe inauguró una biblioteca de libros censurados bajo el complejo del Archivo General. El nombre del recinto, además, no es casual: se hizo un homenaje a un periodista y autor histórico quien fue detenido en 2001 por criticar algún régimen africano.

Dos años más tarde, sin embargo, fue galardonado con el Premio de Libertad de Expresión, otorgado por Reporteros sin Fronteras en Suecia. Además, se ganó la nacionalidad del país europeo por su hazaña literaria. En reconocimiento a su trayectoria profesional, las estanterías de la biblioteca están llenas de obras literarias que han sido censuradas, quemadas, exiliadas y satanizadas en distintos lugares del mundo.

Un espacio más democrático

Además de ofrecer públicamente diversos libros impresos prohibidos —antiguos y contemporáneos por igual—, la colección de la Biblioteca Dawitt Isaak también contiene obras de teatro y música que han sido prohibidas. De la misma manera, está empapada de literatura a propósito de la democracia, la libertad de expresión y la censura.

Uno de los ejemplos más recientes de manifestaciones literarias que han causado revuelo es Los Versos Satánicos, que le ganó al autor anglo-indio Salman Rushdie una condena de fatwa. Tras su publicación en 1988, el líder islámico iraní Ayatolá Jomeini declaró una guerra religiosa contra el libro, y una condena de muerte perpetua para su creador.

Con respecto a la apertura del recinto, Emelie Wieslander, directora de la biblioteca, declaró lo siguiente:

«Decidimos crear la biblioteca Dawitt Isaak después de darnos cuenta de que no había ninguna biblioteca pública que pudiera ofrecer al público la literatura que está o fue prohibida o censurada. Es importante que las bibliotecas sean espacios donde la gente pueda formar sus propias opiniones. Y para eso, la gente necesita hechos. Censurar libros e ideas no fortalece la democracia, sino todo lo contrario”.

En el interior de la biblioteca de libros censurados, hay una silla vacía. Ésta espera el día en el que Dawit Isaak recupere su libertad y se pueda sentar ahí, para presentar alguno de sus libros. Amnistía Internacional lo considera un prisionero de consciencia, detenido arbitrariamente por alzar la voz. Mientras vive su encierro, en Suecia le esperan con una biblioteca que lleva su nombre.

MUY INTERESANTE. 

 

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